sábado, 6 de octubre de 2018


Este blog ha cambiado de nombre y de ubicación.
No obstante, se puede seguir leyendo en este enlace:


Muchas gracias

sábado, 23 de junio de 2018

¡Estos chinos…!

Les presento el furciómetro, un nuevo y discreto dispositivo electrónico de bolsillo fabricado en China, aun como prototipo. Sirve para advertirnos, mediante una discreta señal, de la presencia de una furcia en los alrededores. Con alguna incertidumbre, eso sí, dado que el aparatito se activa inmediatamente, según dicen, ante la presencia de cualquier hembra.

Sus creadores suponen que la anomalía se debe a que el sensor utiliza un ancho de banda demasiado amplio, dado que, durante su diseño, el concepto “furcia” no se delimitó con exactitud, ni se tuvieron en cuenta algunas peculiaridades. Se trabaja ahora en afinar el chip y modificar el software para la detección a tres niveles: desde la “tipo C” o “puta común” a la “tipo A” o “furcia alfa” –líder de la manada, podríamos decir–, pasando por un nivel intermedio “tipo B” para aquellas que no puedan clasificarse con precisión en ninguno de los dos anteriores. Se utilizarán leds luminosos de alerta en amarillo, naranja y rojo, como en la predicción del tiempo.

diosa 2

La ramera común o tipo C –alerta amarilla– se identificaría con la puta clásica cuyo modus operandi se basa en la tradición: convenido el tipo y precio del servicio y una vez prestado el mismo, el usuario deposita el dispendio sobre la mesita de noche y si te he visto no me acuerdo.

La puta del tipo A o furcia alfa –alerta roja– es, como puede suponerse, la más peligrosa de todas. En este caso no hay mesita de noche donde depositar nada, pero, en cambio, se las apañan hábilmente para adueñarse –con cargo a la Visa del cándido primo– de relojes, gafas de sol, perfumes y modelitos de primeras marcas, cuando no de viajes trasatlánticos, hoteles de lujo y hasta dinero en efectivo para cubrir alguna puntual falta de liquidez.

Ni siquiera dan las gracias, pero, en cuando el macho pretende la más mínima relación carnal con la interfecta, surgen los inconvenientes en forma, por ejemplo, de una alergia o una inoportuna gripe o cualquier otra disculpa que, en cambio, no impide a la pelandusca salir a cenar unos sushis bien regados con buen vino hasta la madrugada, a cargo de la misma Visa, claro. Si se les aprieta un pelín, alegan sentirse “sexualmente agredidas”, las muy reputas.

findelmundo3La categoría intermedia o tipo B –putillas de alerta naranja– es similar a la anterior, pero con menos pretensiones. Se conforman con cualquier cosilla mona de marca falsificada, almuerzos o cenas en restaurantes de medio pelo y algo de efectivo que prometen seriamente restituir, faltaría más, pero que luego se olvidan. Frecuentan moteles de mala muerte, en las afueras de la ciudad, con machos de su agrado –el lila no está en la lista–, se disfrazan de furcias de luxe ocasionalmente para yacer en hoteles-boutique con algún personajillo de tres al cuarto que las visita de tanto en tanto y se dejan fotografiar sobre la cama en generosas sesiones de photo-sex.

Los nuevos modelos incluirán versiones para teléfonos inteligentes, con un nuevo chip capaz de proporcionar un avance del costo estimado de tirarse a la interfecta, en efectivo y en especie.

En prevención de daños colaterales, el fabricante sugiere, de momento, no utilizar el furciómetro cerca de amigas de toda la vida o mujeres de la familia.

No vaya a ser que se active.


IMÁGENES: Arriba, diosa femenina. Abajo, sesión de photosex.


sábado, 9 de junio de 2018

Iznogud

Fue un comic de mis años de adolescente, en el Bagdad maravilloso de Las mil y una noches. Harún El Pussah, un personaje bonachón, muy querido por el pueblo, es el Califa de Bagdad e Iznogud es su Visir, un hombre irredimible en todos los aspectos. Iznogud no sólo es un tipo malvado, sádico y sin escrúpulos, sino también un cretino incompetente que no da una a derechas. Su propio nombre es un juego de palabras con el inglés he’s no good, que significa tanto “no es bueno” como “no sirve para nada”. Tan despreciable, que nada podemos aprender de él, un inútil en el más amplio sentido de la palabra.

IsnogudAlgo corto de luces y de talla (1,50 metros con babuchas), conspirador irremediable, envidioso y traicionero, con una única obsesión: ser Califa en lugar del Califa. Dispuesto a todo para lograrlo, aliado, horror vacui, con vendedores de crecepelo, fabricantes de alfombras voladoras, magos de magia negra, genios de la lámpara, forjadores de dagas y alfanjes, asesinos, quincalleros, envenenadores, ladrones y mercachifles… con el mismísimo diablo, con tal de lograr su propósito.

A todos promete el oro y el moro para cuando sea Califa del Califato. Pero los planes de Iznogud siempre fracasan y conducen al gran traidor a situaciones aparentemente sin salida, de las que, sin embargo, no queda nunca huella al comienzo de la tropelía siguiente.

iznogud 2En la realidad de esta España afligida, que supera la ficción, no falta un Iznogud dispuesto, como el otro, a ser Califa en lugar del Califa, sin programa, sin principios, sin ideas y sin vergüenza. Capaz de prometer con una mano, sin Biblia ni crucifijo, la defensa de la Constitución y la unidad de la patria desolada, mientras que, con la otra, acuerda oscuros apoyos con toda clase de deshechos mal encarados de la función pública.

Verbigracia: al nordeste, un reino de taifas que pretende independizarse del Califato con mentiras históricas, racismo, xenofobia y la posverdad de los presos políticos versus los políticos presos; al norte, con la mesnada de corruptos morales, veletas  y mangantes aldeanos que se dicen nacionalistas, aderezados con los que aplaudieron las tropelías del terrorismo que asoló la tribu; en el centro, comunistas renegados de la Casta, que no le hacen remilgos a un chalet de 600.000 euros ni al cobro de canonjías abonadas por dictaduras bolivarianas y regímenes islámicos donde la mujer vale algo menos que una cabra; y al sur, Al-Andalus, joya que fue rutilante del Califato de Córdoba, cubierta hoy de mierda hasta las orejas por culpa de podridos irredentos que han dilapidado 850 millones de euros en prebendas y compra de los votos necesarios para mantenerse en el burro y continuar robando.

iznogud 3Este es el desolador panorama que ofrece el nuevo Iznogud, un okupa del poder que su propio partido y las urnas le negaron reiteradamente, liderando el repudio al Califa por una suerte de golpe de estado legítimo y constitucional, pero indecente.

Será interesante observar cómo contenta a unos y a otros, qué respuesta dará a la inevitable pregunta que le formularán sus socios, más pronto que tarde: “¿Qué hay de lo mío?”.

“Oigo, patria, tu aflicción y no entiendo por qué callas,
viendo a traidores canallas, despedazar la nación.”
(Circula por WhatsApp)

Al fondo, un país extraordinario. Creo que se llama España.


IMÁGENES: “¡Quiero ser Califa en lugar del Califa!” Y así fue.

Imágenes: © Dargaud 1989 & © Asuntos Especiales SL 2015

sábado, 26 de mayo de 2018

La entropía de los calcetines

El cementerio Zentralfriedhof de Viena es el tercero más grande de Europa, después de los cementerios de la Almudena [1] en Madrid y Ohlsdorf en Hamburgo. Sin embargo, su interés turístico es mucho mayor, debido a la cantidad de personajes ilustres que reposan allí: desde la familia Strauss hasta Brahms, incluyendo al mismísimo Beethoven y, mucho menos conocido, Ludwig Boltzmann.

Nada que ver con la música. Se trata de un científico austriaco que realizó importantes aportaciones a determinadas áreas de la física: probablemente, el personaje de mayor prestigio en el periodo de transición del siglo XIX al XX.

Entropia 1El reconocimiento universal de la carrera profesional de Boltzmann y sus trabajos sobre la entropía y otros conceptos de la física, no le impidieron suicidarse en la costa italiana, cerca de Trieste, ahorcándose mientras su señora e hija disfrutaban de un plácido baño en el Adriático.

Las causas que le llevaron a tomar esta drástica decisión no han sido nunca suficientemente aclaradas. Algunos estudiosos de su biografía sostienen que no pudo soportar las críticas que recibió por parte de algunos colegas desconfiados y envidiosos de sus trabajos. Mientras que entre sus alumnos fue un hombre muy querido y respetado, en el ámbito científico siempre estuvo rodeado de envidias, zancadillas y opositores.

Los turistas no advertidos que se adentren en el cementerio vienés, se quedarán estupefactos cuando se den de bruces con la tumba de este hombre y la extraña ecuación inscrita en su lápida: S = k log W que, para algunos físicos, suena a verdadera música celestial, como la de los insignes compositores que acompañan a Boltzmann en su descanso eterno. La fórmula permite calcular la entropía de un sistema S, un concepto interesante al tiempo que misterioso, cuyo nombre procede del griego εντροπία, que significa “revertir”.

Supongamos que, en un vaso de agua, diluimos una gota de tinta. Segundos después, la tinta se ha dispersado por todo el vaso y nunca más se podrá volver a formar la gota inicial. Podríamos decir que la gota “tiende al desorden” y a esto lo llamamos entropía. Si pudiéramos hacer fotografías sucesivas al vaso veríamos que, a medida que pasa el tiempo, la dispersión es mucho mayor y el desorden crece. Son los “estados” de la entropía que, en el universo, se incrementa constantemente, hasta el desorden total.

Cuanta más entropía, más caos, más desorden, incluso definitivo, sin ninguna posibilidad de volver al estado original. Freír un huevo, por ejemplo, es un proceso irreversible: imposible, una vez frito, hacerlo volver al culo de la gallina.

entroipia 3Apliquemos este concepto a la cotidianeidad. ¿Cómo están más ordenados nuestros calcetines, dentro de un cajón, agrupados por color y por textura, o desperdigados por la habitación? El estado “calcetines dentro del cajón” tiene menos posibilidades de desordenarse, es menos entrópico que el estado “desperdigados por la habitación”. En realidad, en este último caso, el orden ya está perturbado considerablemente, con muchas más posibilidades de que el propietario continúe esparciendo calcetines aquí y allá, por todo el cuarto. Podemos afirmar que “calcetines en la habitación” tiene mucha más entropía que “calcetines en el cajón”. De ahí que el sistema S llamado “cuarto de los adolescentes” y de algunos mayores— alcance enormes valores de desorden por este concepto.

Solo la oportuna intervención de una madre atenta o de una esposa solícita podría mejorar el caos, reduciendo la entropía, recogiendo y colocando de nuevo los calcetines en el cajón.


IMÁGENES: Arriba, la tumba de Boltzmann. Abajo, entropía doméstica.

[1] Ocupa 120 hectáreas y está considerado el cementerio más grande de Europa occidental. Desde su origen, a finales del siglo XIX, ha sido el cobijo póstumo de los héroes de las guerras de Cuba y Filipinas, las víctimas de la epidemia de cólera desatada en los años 1884 y 1885 -que aceleraron su apertura- y las que perecieron en el incendio del Teatro Novedades en 1928. Pero también alberga a muertos célebres dispares, como Benito Pérez Galdós, Estrellita Castro, Lola Flores, la Pasionaria, Francisco Umbral, Ramón y Cajal o Frank Yerby. (Muy Historia)

[2] 1844-1906.

sábado, 12 de mayo de 2018

Inasequibles al desaliento

indepe 0"Tengo por costumbre, querido Sancho que, en viendo el burro venir, ya de lejos me apercibo sin confundirme, de las patadas que pudiera propinarme. Por tanto, mi fiel escudero, fíjate en los andares y, si viéndolo retorcido y mal encarado, vieres que arranca sin compostura, hazte a un lado que, de estos con mala idea, mejor no tener contacto. Y hay que tener cuidado con tal calaña que, de ser menester, utilizan a las más tiernas criaturas y hasta pretenden adoctrinarlas y que salgan de su mala hueste con títeres y cabalgatas”.

Esta pudiera haber sido una referencia de Miguel de Cervantes a los catalanes independentistas, en su Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Así, viendo la mala catadura de esta gente y para ponerse a salvo de las patadas que el burro mal encarado pudiera propinarle, el Gobierno Español ha confirmado esta mañana un acuerdo histórico que permitirá a Cataluña constituirse como un país independiente el primer domingo de cada mes, si el tiempo no lo impide. Al parecer, el acuerdo llevaba meses gestándose a puerta cerrada, con la rotunda oposición de los partidos constitucionalistas que, hasta el último momento, intentaron reducir la independencia de Cataluña “a un estado mental” o, como mucho, a una independencia restringida al ámbito de Facebook.

indepe 3

La presión de las fuerzas nacionalistas cristalizó en una opción intermedia que ha sido consensuada, pese a que el partido españolista en el poder continúa lamentando “que España se resquebraje mensualmente y coincidiendo, además, con el día del Señor”. El líder popular admite, pese a todo, que “también en política es conveniente dar espacios de independencia, como cuando dejamos que los niños se queden solos en casa y pidan una pizza”.

Las fuerzas independentistas catalanas esperan ansiosas a que llegue el próximo domingo para poder salir a la calle y celebrar su triunfo histórico: “Llenaremos las calles de banderas independentistas, panfletos y confeti, que tendrán que recoger los españoles al día siguiente. ¡Que se jodan!”, declara un militante de las juventudes de no-sé-qué-ce. Un diputado convergente asegura que “los domingos dan para mucho si uno se resiste a caer en el letargo y se anima a hacer cosas”.

indepe 5De hecho, todos los partidos nacionalistas se han comprometido a poner de su parte lo necesario “para no echar a perder los domingos independientes discutiendo sobre tonterías” y han prometido que se centrarán en dirimir asuntos verdaderamente importantes, como el color de fondo de las matrículas de los coches catalanes o el nombre de su nueva moneda, que muchos proponen que se llame floquet o tomàquet, en homenaje a Copito de Nieve, el único gorila albino del mundo, o al pa amb tomàquet, que tantas hambres ha colmado por aquellas tierras, respectivamente.

El expresident huido de la justicia española, no ha aclarado si ejercerá también de lo mismo los días de la independencia. Fuentes de su entorno ven improbable esta posibilidad porque el forajido acostumbra a pasar los domingos en familia, practicando caminatas al aire libre berlinés o belga o donde toque. No se descarta que, cada mes, se encargue de presidir la Generalitat un ciudadano distinto: “Lo más democrático sería que se decidiera por sorteo, como suele hacerse en algunas comunidades de vecinos”, propone el secretario general de un partido independentista

indepe 6Tras ser confundido en el día de ayer con el expresidente, por seis policías nacionales, mientras rodaba un sketch de La hora de José Mota, TVE ha empezado a recibir consultas y peticiones de cientos de catalanes, que quieren saber si Mota estaría dispuesto a ofrecer shows privados a domicilio, caracterizado de expresidente, haciendo como que declara la independencia de Cataluña.

Podría ser un enorme éxito en la carrera del cómico.


IMÁGENES: Arriba, Don Quijote explicando a Sancho lo que se puede esperar “de estos con mala idea”. Centro 1,  A ver si el diumenge hace buen tiempo. Centro 2, el pelomocho, una propuesta de moneda para la Cataluña independiente del próximo milenio. Abajo, José Mota caracterizado de expresident.

Fuentes: El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, El Mundo Today, Catalunya Espanyola y La hora de José Mota.

sábado, 28 de abril de 2018

Lenguaje inmobiliario

Revolviendo entre viejos papeles, de esos que hemos ido amontonando sin ton ni son por si alguna vez nos pudieran ser útiles que nunca–, sin otra opción que envejecer y amarillear como su propietario, acabo de descubrir unas notas que tomé hace un cúmulo de años. Seguramente, en alguna ciudad donde me vi abocado a encontrar un lugar más o menos amable donde vivir, al principio de mi vida de vagabundo tecnológico.

Por lo visto, no andaba yo muy impuesto en el vocabulario empleado por las agencias inmobiliarias que tenían la misión –remunerada, claro– de ayudarme a encontrar un techo sin goteras. Por la imaginación que le pusieron, da la sensación de que sus mentiras superan, con creces las de una app de citas. Para poner un poco de orden, fui anotando el significado real de cada cualidad, de cada adjetivo y de cada sustantivo.

Alwquiler 1Resulta que “ático” no implica que tenga terraza, ni siquiera ventanas, e igual tienes que subir hasta un quinto piso por las escaleras para luego no poder estirarte ni dentro de la ducha. No se les ocurrió poner “buhardilla con altura máxima de 1,70 metros, en la última planta de un edificio sin ascensor”.

O sea, que se trata de una “acogedora opción”, tan acogedora que tienes que caminar encogido y con los brazos como abrazándote y, al final, eso reconforta y te apetece acurrucarte en el sofá-cama, rezando para recordar que debes levantarte con cuidado, no te vayas a incrustar la lámpara en la coronilla.

“Apartamento interior luminoso” podría significar que, de 9 a 9:30 de la mañana, se vislumbra un rayo de sol por la rejilla del respiradero de la cocina.

“Loft de diseño”. Preguntar antes si tiene cédula de habitabilidad o se trata de un garaje.

alquiler 2“Coqueto apartamento”. Pequeño, enano, lo que viene a ser un zulo, pero le han puesto una alfombra cossy y un cuadro de Audrey Hepburn y, al final, te enamora. El problema surge cuando empiezas a pensar dónde colocas la maleta o enchufas la compu con la impresora.

“Comunidad tranquila”. La edad media es superior a los 80 años y, claro, no van a ponerse a hacer fiestas a altas horas de la madrugada. Sin embargo, la dureza de oído generalizada les obliga a mantener la tele a tope todo el puto día.

“Cocina francesa”. Suena muy bien. No obstante, después de ver unas cuantas, me parece más cómodo cocinar con un hornillo de camping gas bajo una tienda de campaña monoplaza. Aunque llueva.

“Piso con carácter”. Dan mucho miedo. Suele ser una excusa para decir que no han cambiado los sanitarios del baño desde la Segunda Guerra Mundial, que la cisterna es de las de cadena y la cocina de carbón.

“Jardín en pleno centro”, es decir, cuatro macetas en un patio interior de seis metros cuadrados. Si miras al suelo, lo verás lleno de colillas, clínex, algún calcetín, un condón y deshechos varios de los vecinos de arriba.

alquiler 3“Vistas espectaculares”. Una buhardilla con ventana de las que tienes que hacer mucha fuerza para abrirla, con cuidado de que no te caiga encima, y ponerte de puntillas para ver un par de tejados y, allá, a lo lejos, una rayita oscura que pudiera ser una nube de tormenta o el mar o las montañas o, ya puestos, los Jardines Colgantes de Babilonia.

Hombre, “espectaculares vistas” son las Brad Pitt y Julia Ormond en “Leyendas de Pasión”, no unos tejados repoblados por palomas o una terraza convertida en almacén de trastos inútiles.


IMÁGENES: Arriba, ático con ventana y mesita de luz. Centro, escalera “con carácter”. Abajo, “vistas espectaculares”, con perdón.

Fuentes propias.

sábado, 14 de abril de 2018

El marketing del miedo

Vivimos en un mundo “sin”: sin aditivos, sin gluten, sin conservantes ni colorantes, sin lactosa, sin transgénicos, sin parabenos, sin pesticidas…. Algunos productos infantiles han llegado a publicitarse como “sin porquerías”. Todos ellos tienen algo en común: las marcas que los comercializan, “sin vergüenzas” que usan el miedo para vender sus productos.

imageA veces, los gurús del Marketing no se ponen de acuerdo y podemos encontrar en el mercado, por ejemplo, zumos jugos— con taurina y sin taurina. Cuando una empresa emplea el eslogan “sin” está enviando un mensaje subliminal al consumidor: “Esto o lo otro es perjudicial para la salud, pero a diferencia de otras marcas, nuestro producto es seguro porque no lo lleva”, lo cual no es cierto. Emplear eslóganes, como “sin porquerías” o “sin pesticidas”, dando a entender que otras marcas incluyen en la composición de sus productos esas supuestas sustancias nocivas o perniciosas, es un disparate injustificable.

En el caso concreto de la taurina, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no ha encontrado ningún beneficio en enriquecer zumos con este aminoácido, dejando claro, no obstante, que tampoco existe ningún riesgo por consumir alimentos ricos en taurina. Digamos que el eslogan “sin taurina” no tienen sentido, que lo mismo da con o sin. Solo confunde al consumidor.

imageLos fabricantes juegan con eso que llamamos “quimiofobia” o rechazo a los ingredientes químicos, una consecuencia del déficit cultural del consumidor medio. La química, sin duda, nos permite alcanzar edades imposibles para las primitivas civilizaciones, alimentadas con productos que pudiéramos llamar “naturales”, cuando no “ecológicos”, tan de moda.

Luis Oro, catedrático en la Universidad de Zaragoza, prestigioso investigador galardonado con los más importantes premios científicos, asegura que “entre todas las ciencias, la química es, sin duda, una de las que más ha contribuido a mejorar la calidad de vida y el bienestar de la humanidad. Los avances logrados en las áreas de vital importancia para el ser humano, como la salud, la alimentación y nutrición, la higiene, el vestido y otras como la cultura y el deporte, han sido fruto del esfuerzo de los científicos e investigadores químicos”.

Otro miedo que nos agita es el de “no estar a la altura” de lo que sea, intelectual o físicamente, y este miedo propicia la aparición de productos supuestamente “milagrosos”. Si hay un grupo que ha incrementado espectacularmente sus ventas en los últimos años, ese es el de las bebidas energéticas. Se usan para casi todo: los deportistas para aumentar su rendimiento físico, los alumnos para estudiar, los que deben mantenerse despiertos para no dormirse, los que salen de marcha para mezclarlas con bebidas alcohólicas… En fin, el no va más.

image

Sin embargo, las lagunas existentes son muchas. Las “moléculas estrella” de estas bebidas, como la carnitina, la taurina, el ginseng, etc., prometen innumerables beneficios. Los informes oficiales de la EFSA lo dejan claro: “A día de hoy, se puede afirmar con rotundidad que estos ingredientes no sirven absolutamente para nada”. Todas estas bebidas son ricas en cafeína, un estimulante cuyo consumo —esta vez sí— pudiera tener consecuencias graves para la salud.

Finalmente, dejar claro que los aditivos, conservantes y colorantes autorizados son totalmente seguros, ingeridos según el patrón normal de consumo. Además, consumir alimentos sin lactosa o sin gluten solo es recomendable si somos intolerantes a la lactosa o tenemos algún problema con el gluten, debidamente diagnosticado por un facultativo.

Los datos son preocupantes. El consumo no responsable de productos “sin” o “con” y de bebidas energéticas debe controlarse, y su composición y efectos revisarse cuidadosamente por la autoridad.


IMÁGENES: Arriba, sin taurina. Centro, sin lactosa. Abajo, bebidas supuestamente energéticas “que no sirven absolutamente para nada”.

Fuentes: Scientia, Alimente, EFSA y Wikipedia (Luis Oro).


sábado, 31 de marzo de 2018

La vieja Cuaresma

Anda nunca mejor dicho— por estos días de la Semana Santa una vieja con siete piernas que amenaza a los niños con ponerles un grano en la cara si no cumplen con sus preceptos. Empezó siendo una anciana desagradable para los chicos y terminó convertida en una especie de bruja que lleva una cesta de verduras en una mano y una bacalada en la otra.

vieja cuaresmaLas siete piernas de la anciana simbolizan las semanas que quedan para la Pascua de Resurrección [1]. Se la representa sobre cartón, tela, papel... Según la tradición, los domingos, a la hora de comer, los niños de la casa le cortaban un pie para quemarlo. El Domingo de Pascua se incineraba a la vieja con el único pie que le quedaba y se procedía a la primera comida suculenta, que solía ser un delicioso guiso de cordero.

En algunos lugares cuentan que esta vieja, en otro tiempo, fue una agraciada joven, tan devota y mística que decidió encerrarse durante las Cuaresmas en una cueva de la montaña, para estar más cerca de Dios y lejos de los hombres.

Pero el pueblo, que jamás perdona al que va por libre, comenzó a murmurar de la muchacha: primero, que andaba amancebada con un bandolero, y más tarde que el bandolero no era tal, sino el mismísimo demonio, al que había entregado su alma y su cuerpo a cambio de diabólicos conocimientos. Tal era el rechazo que le demostraban sus vecinos cuando se acercaba al pueblo, que un año, al llegar la Pascua, decidió no volver a bajar y habitar por siempre en la cueva de la montaña.

viaeja cuaresma 2Nosotros nos quedamos con la nona [2] del bacalao seco y salado, principal protagonista de la cocina de la Semana Santa. Contemplando la costumbre desde este punto de vista gastronómico, llegamos a un tiempo en el que la Cuaresma adquiere un carácter restrictivo, como de castigo o de ayuno, en el que hay que abstenerse de comer carne desde cuarenta días antes de la Pascua Cristiana, justo después de los excesos cometidos el Domingo de Carnaval.

La carne siempre ha sido uno de los alimentos más valorados. Suprimir su ingesta durante la Cuaresma es una forma de hacer una pequeña penitencia y someter el cuerpo a prohibiciones materiales para “preparar” el alma. El bacalao se convirtió en el mejor alimento para suplir el aporte nutritivo de la carne siendo, por excelencia, el pescado estrella de la vigilia.

El bacalao fue, durante muchos años, comida de pobres, aunque la hemos ido sofisticando hasta situarla a un nivel no tan accesible para gente con escasos recursos. Ahora, rizando el rizo, el mercado nos ofrece el skrei, el bacalao más sibarita [3], un manjar de “edición limitada”, según dicen, que se pesca entre enero y abril cerca de la costa norte de Noruega.

TorrijasLa Semana Santa tiene otros platos no menos interesantes, además del bacalao [4]. Son las torrijas (pain perdu, en Francia), un postre que nos permite aprovechar el pan seco de días anteriores. Tan riquísimas como sencillas de preparar, mejoran con una copita de oporto.

En algunas regiones españolas se hacen florones, una masa dulce, frita y crujiente, que tiene forma de una gran flor. Otros dulces típicos de estos días son los pestiños, las rosquillas, los buñuelos de viento, las monas de Pascua, la leche frita… [5]

Pero la reina de la repostería de la Semana Santa es, sin lugar a dudas, la humilde, sencilla y popular torrija.


IMÁGENES: Arriba, la Vieja Cuaresma. Centro, guiso de garbanzos con bacalao y espinacas. Abajo, torrijas preparadas por FG.

[1] Contadas a partir del Miércoles de Ceniza.
[2] En algunas regiones, “abuela”. Nona, por nonagenaria probablemente.
[3] Cada captura se vigila y somete a estrictos controles desde que sale del mar hasta que llega al mercado. El skrei se acondiciona dentro de las 12 horas siguientes a su pesca, garantizando así su excepcional calidad y frescura.
[4] No debería faltar en estos días un buen guiso a base garbanzos con bacalao y espinacas.
[5] De todo ello se pueden encontrar recetas en internet.

Fuentes: Arzobispado de Barcelona, blog La Vida es Bella y folleto de Seafood from Norway.

sábado, 17 de marzo de 2018

Pirineo fantástico: Culibilla

La montaña, imponente, recorta contra el cielo la belleza de sus cumbres. Miras a lo alto y, a cada instante, la perspectiva cambia el paisaje. Aquel picacho, que antes parecía la quilla solitaria de una nave, es ahora una pirámide gigantesca o, desde otro punto de vista, el perfil inmaculado de una diosa.

Al igual que nuestra fabla y nuestras más ancestrales tradiciones, la mitología aragonesa buscó refugio entre las nevadas alturas y los ibones y valles del Pirineo [1]. Allí se conservó de padres a hijos, hasta que la televisión acabó con el hechizo de las largas veladas de invierno y la vida moderna astilló las “cadieras” y apagó para siempre el fuego de los hogares.

Anayet 2

Los bosques y las montañas, las grutas y las cumbres, las nieves y los cierzos crearon el caldo de cultivo adecuado para la leyenda y la tradición. Lo que en tantas culturas ha servido para difuminar la historia de los pueblos, nos vale aquí para descifrar la naturaleza y descubrir su alma poética.

Anayet y Arafita eran los dioses más pobres de la montaña. Su trabajo consistía en procurar alimento para las criaturas que poblaban aquel rincón pirenaico. Eran felices porque, además, tenían un tesoro que no cambiarían por todas las riquezas del mundo: su hija Culibilla, una pequeña diosa a la que el cielo había adornado con todas las gracias imaginables, entre las que destacaban, sin duda, el candor, la bondad y la belleza.

Su cariño y mejores afectos eran para las humildes y laboriosas hormigas con las que Culibilla mantenía largas conversaciones en un milenario lenguaje que solo ellas entendían. Eran tantas, que la diosa decidió bautizar a aquella montaña con el nombre de Formigal, para júbilo y regocijo de todas las hormigas que lo poblaban.

Canal Roya 2

Los días de bucólica paz acabaron cuando Balaitús se enamoró de Culibilla. Era Balaitús un dios fuerte, poderoso y temido por todos los demás dioses del Pirineo. Él amasaba las terribles tormentas que asolaban los valles y, en su ira, fraguaba los rayos capaces de destruir todo lo que se le antojara. Su furor llegaba a estremecer los cimientos de la cordillera.

¿Cómo iba a ser feliz la delicada diosa con aquel bruto? Lo rechazó en mal momento, porque el desairado Balaitús, primera vez que no colmaba sus deseos, juró raptarla y llevársela consigo para siempre. Anayet y Arafita temían su ira, pero ¿qué podían hacer, desamparados, para defender a su dulce hijita?

BalaitúsEn tres zancadas, se presentó Balaitús ante Culibilla, decidido a cumplir su amenaza. Las montañas contemplaban la escena desconcertadas y atónitas, sin posibilidad de ayudar de algún modo a la desgraciada diosa.

Dice la leyenda que, al verse perdida, gritó: “¡A mí las hormigas!”. Millones de hormigas acudieron en socorro de su amiga, cubriendo a Culibilla de tal modo que, mimetizada contra el fondo oscuro de las montañas, la hicieron desaparecer ante los pasmados ojos de Balaitús. Mientras tanto, legiones de hormigas-soldado comenzaron a trepar por las piernas del gigante asestándole dolorosas mordeduras que acabaron por hacerle huir aterrorizado.

En el colmo del agradecimiento hacia sus amigas, Culibilla se clavó un puñal en el pecho para guardar dentro, junto a su corazón, a todas las hormigas que le habían salvado del horror de Balaitús, formándose así el forauagujero profundo— de la peña Foratata.

Desde entonces, no hay hormigas en Formigal.


IMÁGENES: Arriba, el pico Anayet, donde el autor hizo sus primeros pinitos de escalada, y su ibón o lago de montaña . Centro, el autor, hace años, en la Canal Roya, camino de Formigal. Abajo, la mole impresionante del Balaitús.

[1] Todos los nombres que aparecen en este texto son reales y corresponden a montañas o picos del Pirineo Aragonés, con las alturas que se indican: Anayet (2 545 m), Arafita (2 134 m), Culibilla (2 532 m), Formigal (1 550 m), Foratata (2 341 m) y Balaitús (3 144 m). Para alcanzar la mayor parte de estas cumbres se requiere material de escalada.

Fuentes: Desde Jaca y Sherpa Pirenaico.
Fotografías de FG.

sábado, 3 de marzo de 2018

El ascensor

Cuentan que, hace algunos años, un nativo medio salvaje de la Polinesia tuvo que ir a Nueva York, no se sabe muy bien por qué ni para qué. Y que allí, en la ciudad de los rascacielos, alguien trató de explicarle la utilidad del ascensor para resolver el problema del acceso a los pisos más altos. Parece que el polinesio no se entusiasmó demasiado…

En mi país tenemos resuelto ese problema desde hace mucho tiempo: colocamos los pisos uno al lado del otro, en lugar de apilarlos. En lugar de construir una casa de muchos pisos, construimos muchas casas de un solo piso.

ascensor perapalasLe explicaron que, en Nueva York, eso no era posible debido al alto precio de la tierra, más cara que el oro, como una consecuencia natural del progreso. “Pero, ¿usted sabe lo que es el progreso?”, le preguntaron.

—Sí, claro. El progreso consiste en crear dificultades para luego tomarse el trabajo de resolverlas. El progreso consiste en crear miopes para después fabricar lentes; en difundir enfermedades para que los médicos se entretengan en curarlas; en instituir el matrimonio para, luego, inventar el divorcio… El progreso es el ascensor.

Al menos por una vez, estoy de acuerdo con los salvajes de la Polinesia. No porque subir escaleras canse ocho veces más que caminar por una calle, sino porque el ascensor ha neutralizado al vecino y ha suprimido cotilleos, discusiones y broncas en los rellanos.

El ascensor ha puesto fin a las indiscreciones, flirteos y comentarios más o menos atrevidos entre criadas, mucamas, porteras, parteras, seguratas  y repartidores de pizza en mitad de la escalera. La portera vive en el piso 12 y pocos tienen algún trato con ella, aparte del “buen día, buenas tardes”. Todo el mundo toma el ascensor y pasa en vuelo vertical ante la vivienda ajena.

Sin ascensor o con él, se acabaron hace tiempo los préstamos urgentes de una taza de aceite o un tanto de sal o un puñado de garbanzos entre dos señoras viviendo puerta con puerta. Ahora, cada uno cruza ante la puerta de enfrente sin tener ni idea de quién habita dentro. Los vecinos de abajo ven a los de arriba como abducidos por el ascensor, sin saber nada más de ellos.

Resultado de imagen de gallinas sueltasEn la propiedad horizontal, suele bastar que un conejo se pase al jardín del vecino para desencadenar una réplica de la guerra de Troya. Cuentan que el dramaturgo francés Maurice Donnay fue advertido por su jardinero, presto ya a usar la escopeta, de que las gallinas de al lado venían a escarbar entre sus coles. El comediógrafo extendió algunos huevos por encima de sus propios parterres, de modo que su vecino pudiera verlos con facilidad. Cuando el colindante se percató de que sus aves tenían preferencia supuestamente— por las coles de Donnay para poner sus huevos, fue el propio vecino quien tomó las medidas necesarias para frenar las incursiones de sus gallinas.

Sostienen algunos, exagerando, que la mejor relación que se puede tener con los vecinos es ninguna, ignorarlos y hacerse ignorar. En cambio, si entre los inquilinos hay un médico o un abogado, es conveniente conocerlos siquiera superficialmente, para recurrir a ellos en caso de un ataque cardiaco o para obtener un buen consejo legal.

El vecino no está preparado para atender nuestras reclamaciones, así que, emulando a Dale Carnegie: “Si quieres recoger miel, no patees la colmena.


IMÁGENES: Arriba, el ascensor del mítico Hotel Pera Palas, inaugurado en 1895 en Estambul. Fue el primer edificio del Imperio Otomano en disponer de agua caliente, luz eléctrica, teléfono y ascensor eléctrico. El ascensor aún puede contemplarse con su preciosa estructura de madera y forja y la inconfundible flecha superior que indicaba los pisos a modo de reloj. Hace unos años me alojé en ese inolvidable hotel. Abajo, las gallinas en el huerto del Sr Donnay.

sábado, 17 de febrero de 2018

Nouvelle cuisine

Todos nos hemos encontrado alguna vez frente a la carta de ciertos restaurantes en la que los nombres de cada plato resultan difíciles de entender, como minipoemas o versos preciosistas, con un gran poder de seducción a través de las metáforas y la onomatopeya de cada término.

En cuanto a la capacidad descriptiva de estos nombres [1], eso es otro cantar. De hecho, en la mayoría de los casos, después de llenársele a uno la boca con semejantes descripciones y rebuscados sinónimos, la tendencia general suele ser la de esbozar una sonrisa y preguntarle al camarero “¿y esto qué es?”.

Creo que el caso de los nombres de los platos de la llamada nouvelle cuisine —casi nunca hay nada nuevo en la cocina—, es comparable, en cierto modo, con el de los nombres de muchas esculturas y sobre todo pinturas del arte contemporáneo, que tampoco se entienden muy bien a la primera.

Cocido caseroHace años, cuando se cocinaba un pollo con salsa de cebolla acompañado de una menestra de verduras, al plato se le solía dar el nombre de “pollo con salsa de cebolla y menestra de verduras”. Cuando en un cuadro se retrataba a un grupo de damiselas llamadas meninas, se optaba por algo tan sencillo y directo como “las meninas” [2]. Pero hoy no. En los tiempos que corren, los nombres son usados por algunos cocineros o maîtres o quienquiera que se ocupe de ello, como un elemento más dentro de la creación artística, cumpliendo en ocasiones la función de inducir a la sensación de algo, como si la obra —el plato, el cuadro o la escultura— no se valiera por sí misma para lograrlo.

En el caso de la comida, el nombre parece desempeñar una función descriptiva que no se presupone necesariamente en el caso de las obras de arte, ya que el arte, arte es, y a priori, casi todo es permisible. Que el nombre de un plato en una carta de restaurante haga alusión a todo menos a comida, es interpretable, y habrá a quienes les guste y a quienes no. Lo que está claro es que, con demasiada frecuencia, no aporta al comensal la información que necesita acerca de la composición de lo que pretende comer. Algo fundamental, teniendo en cuenta que, en lo que al paladar se refiere, para gustos están los sabores e incluso los colores y hasta los olores.

Si a mí me gusta el carpacho de ternera y las cerezas, yo prefiero que me anuncien un plato a base de estos dos elementos, como “carpacho de ternera con cerezas”, que ya es sugerente de por sí, a que lo hagan como “alegoría de vacuno laminado, engalanado con esencias de lágrimas rojas de primavera”, aunque, en este caso, tampoco lo vería demasiado mal. Lo que creo que no deba faltar en la carta es la información concisa y entendible, más allá y, si acaso, además del rebuscado ornamento.

Recuerdo una vez que, en Manila, en un restaurante local, me aventuré a pedir “hormigas caminando por un tronco de bambú”. La verdad es que no sé por qué lo hice, porque no tenía ninguna gana de comer hormigas. Me picaba la curiosidad por saber qué plato se escondía detrás de aquel absurdo nombre.

Afortunadamente, resultaron ser fideos de arroz con bastoncitos de bambú y minúsculas partículas de carne: ni hormigas culonas, ni antenitas, ni cabezonas rojizas, nada… Una decepción culinaria, vaya.

TortillaA veces me pregunto cómo se llamarían las recetas de mi abuela Dominica en un restaurante de la nouvelle cuisine. Una podría ser, por ejemplo: “redondo de camperos con secreto de cebolla y patatas pochadas” (léase tortilla de patata con cebolla). De otra escribiríamos “chispero castizo en tres actos”; o sea, cocido madrileño. Y otra, “licuado de pan añejo a la liliácea y rojo de La Vera”, digamos, sopa de ajo con pimentón.

Cuentan los ingleses que, para comer bien por allá arriba, hay que desayunar tres veces. Probablemente sea cierto: ellos inventaron la sobremesa para olvidarse pronto de lo que habían comido.

Que fish and chips y caracoles no es comida de señores.

IMÁGENES: Arriba, alubias rojas con arroz y cosas, made by Marichu. Abajo, tortilla de patatas con cebolla, un gran éxito del autor para deleite de cierta periodista paraguaya. (Fotos de FG)

[1] Quien tenga interés en conocer platos con nombres raros, curiosos o extravagantes, sugiero visite mi blog “Gastronosuyas del mundo mundial”. Gracias.[2] Como hizo Velázquez, por poner un ejemplo.

sábado, 3 de febrero de 2018

Argel, Argelia

Un capitán de la Algerie Ferries que conocí en el bar del Aletti —un esplendor del art déco y uno de los lugares más fascinantes de la capital argelina—, sostiene que, cuando el buque se va acercando a la bahía de Argel, el aire adquiere una fragancia peculiar, única en el mundo, mezcla de sal, de pino, de aceite de oliva y de flores.

Estoy desayunando en la terraza del hotel Saint George, construido sobre un antiguo palacio árabe-otomano, rodeado de un precioso jardín botánico. Admiro la disposición escalonada de la blanca ciudad por encima de la bahía, donde dos buques mercantes, reducidos en la distancia a proporciones mínimas, labran largos surcos en el mar de la mañana.

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Aspiro la brisa que viene del Mediterráneo, tratando de encontrar ese aroma de sal, pinos y aceite virgen del que habla el capitán, pero el aire de Argel no me sugiere nada. Solo le encuentro un olor desabrido y desagradable, impregnado de la peste que emana de los tubos de escape de viejos automóviles con motores mal regulados. Apenas el vergel que rodea la terraza tiestos de flores, cactus, palmeras enanas y laureles rosa— consigue disfrazar un poco el tufo-brisa que asciende por la ladera.

Me gusta Argel, pero me produce una vaga sensación de inquietud. Aquí, tótum revolútum, se tropiezan periodistas, policías, rufianes, traficantes de todo lo traficable, agentes de servicios secretos, funcionarios de la ONU, espías internacionales, rameras declaradas oliendo a pachuli y jóvenes novatas con aroma de kebab, unas y otras a la búsqueda de algún pollo medio borracho que llevarse a la cama. Es una ciudad desconcertante que siempre me ha sorprendido por las imprevisibles reacciones de los argelinos.

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Llegué en plena argelización de Argelia; es decir, las placas con el nombre de las calles, de los barrios, las indicaciones de tráfico, la rotulación de negocios de cualquier tipo y las cartas de los restaurantes —antes bilingües en francés y árabe debían redactarse, obligatoriamente, solo en árabe, y los funcionarios de cualquier nivel forzados a expresarse únicamente en ese idioma.

Una mañana, me dirigí puntualmente a la reunión que tenía convenida con un técnico de una Sociedad Nacional —las populares SONA algo—, con quien siempre me había entendido en francés. Pues bien, me pareció como si, de pronto, aquel hombre se hubiera vuelto imbécil de baba, olvidándose de la lengua de la metrópoli, misma con la que se había educado en alguna universidad francesa. Inútil tratar de que hablásemos en francés o incluso en inglés, suponiendo que no quisiera saber nada de sus antiguos colonizadores galos.

La Embajada de España me facilitó una traductora a tanto la hora, obviamente—, estudiante de etnología sahariana, simpática y un pelín revolucionaria, que se negaba a tomar un taxi y me obligaba a movernos en sucios y malolientes autobuses. Cuando protesté me dijo que allí no estaban aún para desodorantes, la muy guarra.

Nunca me he sentido más ridículo, hablando en francés a un tipo que me entendía pero simulaba no entenderme y la chica traduciendo su respuesta del árabe al francés, es decir, a un idioma que hablábamos perfectamente los tres implicados en aquella grotesca comedia. Tal vez funcionario y traductora concibieran aquello como “el no va más del progresismo y la revolución popular” o tal vez no, y estuvieran ciscándose para sus adentros en la puta madre que parió a los políticos salvapatrias que inventaron lo de la argelización del país.

Fuera como fuese, nunca me lo dijeron.


IMÁGENES: Arriba, Hotel Saint George, hoy Hotel El-Djazair, por aquello de la argelización. Abajo, Argel desde la bahía. En primer término, el Hotel Aletti, hoy Hotel Safir por idénticas razones.

sábado, 20 de enero de 2018

Noticias de un día cualquiera

Sin ninguna duda, como afirma Carlos Herrera, en España ya no cabe un tonto más. Nos caeríamos al agua o, alternativamente, alguno, para hacer sitio, debería salir huyendo hacia el norte, Pirineos arriba, llevando consigo ese virus tan nuestro de la estupidez, agresivo y temible como la peste. Así lo hizo un cierto personaje que ha logrado expandir su estulticia sobre un eje que discurre desde Irlanda y Bélgica y anega la Andalucía española. Esto es lo que hay.

Ayto DublinNos situamos en el Ayuntamiento de Dublín, donde han decidido izar la bandera catalana durante un mes en “solidaridad” con la ciudad de Barcelona, “condenando la represión y violencia perpetrada por el Gobierno español” (sic). La propuesta ha salido adelante con el apoyo del alcalde de Dublín, del partido nacionalista Sinn Féin, el antiguo brazo político del ya derrotado e  inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés). Este grupo terrorista se enfrentó a los británicos durante casi 40 años, cobrándose la vida de 3.200 personas, la mayoría civiles —dos españoles en el atentado de Omagh en 1998, y dejando un rastro de unos 37.000 heridos.

Me parece de un cinismo perverso la “condena” a una violencia inexistente, supuestamente perpetrada por un gobierno europeo y democrático. Creo que, con ese historial, la exhibición de la estelada, con el apoyo de esa gentuza y al resguardo de tal morralla, les hace un flaco favor a los oníricos independentistas catalanes.

La matraca [1] independentista del día se cuece en el mismo corazón de la tontuna. Desde Bruselas, el beatle “Puigdemente” dice que a ver si “para comprar un endoscopio o un fonendoscopio hay que jurar la Constitución Española”. Como presidente de una autonomía debe jurar un estatuto redactado de acuerdo con las disposiciones constitucionales por lo que, jurando el segundo lo hace igualmente con la primera. No hace falta ser muy listo para saberlo. O tal vez sí: Que no hay campo sin grillo, ni tonto sin lazo amarillo.

Cataluña 2Debería aclarar este huido por qué no compró endoscopios y fonendoscopios con el dinero que le ha venido proporcionando el Gobierno Español quién, si no— o por qué asfixió a las farmacias catalanas dejándoles de pagar el año pasado medicamentos expedidos por más de 207 millones de euros o por qué se invirtieron 20.000 millones de euros en el llamado “proceso independentista” o por qué la Generalitat tuvo o tiene aún más de 200 cargos cobrando por encima del presidente Rajoy o el porqué de la compra millonaria de todos los medios de comunicación catalanes y algunos internacionales… [2]

Lo triste de esta aventura es que muchos españoles estamos ya más que hartos del dichoso process, deseando que se vayan, que formen su aldea vikinga y nos dejen en paz. A sabiendas de que, entre todos, tendremos que hacer frente a la deuda de 52.500 millones de euros que dejaría Cataluña al Estado Español, doble que la de Andalucía, por comparar.

Cataluña 3Aquella mañana del mismo día de autos —nunca mejor dicho—, prensa y telediarios abrían, en directo, con el comienzo de la vista oral a los 22 altos cargos de la Junta de Andalucía implicados en el caso de los ERE [3], donde el desfalco de este llamado “fondo de reptiles” se ha evaluado en unos 850 millones de euros. Canal Sur, la radio y televisión autonómicas, miraban hacia otro lado con la redifusión de un programa gastronómico y una entrevista sobre la cooperación con Palestina respectivamente. No faltaron comentarios y opiniones personales en directo, siempre en defensa a ultranza del PSOE [4] andaluz, como no podía menos de suceder.

Pero no se lo tomen muy en serio: “las noticias de hoy servirán para envolver el pescado de mañana.” (Walter Lippmann, más o menos)


IMÁGENES: Arriba, edificio del Ayuntamiento de Dublín, en Irlanda. Centro, carátula del comic Heart and Brain, de Nick Seluk, Andrews McMel Publishing, USA; obvio, lo de Cataluña Independiente es un añadido. Abajo, la noticia del millonario desfalco en un par de diarios españoles.

[1] Según el DRAE: “Importunación, insistencia molesta en un tema o pretensión”.
[2] Especialmente Financial Times y New York Times, que han perdido toda su credibilidad, al apoyar un proceso ilegal en un país democrático y amigo.
[3] ERE: Expediente de Regulación de Empleo. El caso más grave de corrupción en España, tanto por su enorme cuantía como por el número y posición política de los investigados.
[4] Partido Socialista Obrero Español.

sábado, 6 de enero de 2018

La historia de los Reyes Magos

De entre todos los personajes que rodean el nacimiento de Jesús ángeles, pastores, estrellas, mulas y bueyes—, los Reyes Magos siempre me han parecido los más simpáticos, cordiales y complacientes, acaso porque eran quienes, además de regalos, aportaban y mantenían viva la ilusión en aquellos inolvidables años infantiles.

Me parecían tres tipos admirables, viajando en la peor época del año, en pleno invierno. Me los imaginaba cruzando el desierto entre tempestades de arena, acampando en oasis escasos de agua para sus camellos, enfrentándose a aldeas hostiles donde alojar y alimentar a la cohorte de criados y escuderos que, como verdaderos reyes, deberían acompañarles. Sin embargo, al final de tan largo periplo, siempre aparecían impecables a nuestros ojos, con sus túnicas relucientes, turbantes como almendros en flor, camellos frescos y pajes resplandecientes.

Reyes Magos 1
El evangelio de San Mateo [1] es la única fuente bíblica que los menciona
sin especificar sus nombres ni su número ni su título de reyes— como ilustres viajeros en busca del rey de los judíos para adorarle, guiados por una estrella que los condujo hasta Belén. El evangelista se refiere a ellos con la palabra griega magoi, que significa magos o sabios, pero, ¿quiénes eran realmente?

Si fueron magos, considerando el origen de su viaje al este de Jerusalén —centro de la civilización—, se trataría de eruditos persas de la tradición zoroástrica, expertos en astronomía, medicina, magia y astrología. Sin embargo, el Salmo 72 [2] predice que “los reyes de Tarsis le traerán presentes y los reyes de Sabá y Seba le ofrecerán obsequios”.

Sus nombres y reinos estaban bastante oscuros, aunque, por el bien de una buena historia, deberían tener claras ambas cosas. Durante la Alta Edad Media, en el norte de Europa, un monje [3] los designó como Melchor, Baltasar y Gaspar, nombres cuyo porqué nunca llegó a entenderse [4]. La gente medieval no sabía muy bien quiénes eran estos personajes, ni estaban seguros de que fueran reyes o magos. Sin embargo, conocían que eran paganos, que seguían las enseñanzas de Balaam [5] y que trataban con demonios. No era bueno introducir “diabluras” en la escena navideña.

Reyes magos 2

Tal vez por eso, la historia de los magos no tuvo mucha aceptación en aquella época. De hecho, un mosaico del siglo VI, en Rávena (Italia), es casi la última vez que aparecen como eruditos, con un aspecto impecable, ajustados pantalones y gorras frigias de estilo persa.

La fuente más explícita —el libro de Set [6]—, dice que eran tres y que habían estado buscando una estrella, generación tras generación, desde la mítica Montaña de la Victoria, probablemente en Persia, donde Adán se había refugiado en su vejez con el oro, el incienso y la mirra expoliados del Edén. Estos tres dones simbolizaban, respectivamente, rey, Dios y mortal, ya que la mirra se usaba para ungir el cuerpo después de la muerte.

Es difícil suponer el fenómeno celestial que guio a los magos hasta Belén. Posiblemente fue una supernova o una conjunción de Júpiter y Saturno o tal vez un cometa. Empero, en el mundo heleno-romano, los cometas presagiaban muertes o desastres, nunca nacimientos. Sin embargo, los magos habían recibido instrucciones, según el libro de Set, de que una estrella particularmente brillante anunciaría la llegada de un niño y sabían que el niño era un rey [7].

“A los Reyes Magos les pedí un regalo: una hierbabuena para el desencanto” (María García Esperón).


IMÁGENES: Arriba, “El viaje de los Magos”, del pintor francés Jacques-Joseph Tissot (1836-1902). Abajo, mosaico bizantino del siglo VI en la iglesia de San Apolinar el Nuevo, en Rávena, Italia.

[1] San Mateo, 2, 1-12.

[2] Salmo 72, 10.

[3] San Beda el Venerable (673-735), Doctor de la Iglesia y monje benedictino en las abadías de San Pedro y San Pablo, en Wearmouth, y en la de Jarrow, en Northumberland, Inglaterra. En el tratado Excerpta et Colletanea, San Beda recoge así las tradiciones que llegaron hasta él: “Melchor era un viejo de setenta años, de cabellos y barbas blancas, habiendo partido de Ur, tierra de los caldeos. Gaspar era joven, de veinte años, robusto, y partió de una distante región montañosa, cerca del Mar Caspio. Y Baltasar era moro, de barba cerrada y con cuarenta años, partió del Golfo Pérsico, en la Arabia Feliz”.

[4] Es San Beda quien, por primera vez, escribió el nombre de los tres, con significados precisos que nos ayudan a comprender sus personalidades. Gaspar significa “Aquel que va a inspeccionar”, Melchor quiere decir “Mi Rey es luz”, y Baltasar se traduce por “Dios manifiesta al Rey”. Los tres representaban las tres razas humanas existentes, en edades diferentes.

[5] La historia de Balaam aparece en el Libro de los Números. De acuerdo con el relato bíblico, el rey de Moab solicita a Balaam que maldiga Israel a cambio de dádivas (22:5-7). Este consulta a Dios, el cual le niega el permiso (22:12).

[6] En el libro de Set, evangelio apócrifo muy comentado entre los estudiosos y marginado por la iglesia de Roma, se narra que los magos subían al Monte de la Victoria en cuya cima había una caverna, una fuente y un soto de árboles. Allí los magos se lavaban, oraban y durante tres días celebraban el nacimiento de Mitra, dios persa, indio y romano. “Este rito se celebraba cada año y los magos esperaban que la estrella apareciera mientras ellos estaban en el Monte de la Victoria”.

[7] Libro de Set: “En los oráculos de Histaspes, la estrella es el signo del Gran Rey prometido, que es Mitra reencarnado”.

Fuentes: The rule of three, Mateo 2, Salmo 72, Gloria de la Edad Media, El Colomí Missatger y Wikipedia.