sábado, 14 de abril de 2018

El marketing del miedo

Vivimos en un mundo “sin”: sin aditivos, sin gluten, sin conservantes ni colorantes, sin lactosa, sin transgénicos, sin parabenos, sin pesticidas…. Algunos productos infantiles han llegado a publicitarse como “sin porquerías”. Todos ellos tienen algo en común: las marcas que los comercializan, “sin vergüenzas” que usan el miedo para vender sus productos.

imageA veces, los gurús del Marketing no se ponen de acuerdo y podemos encontrar en el mercado, por ejemplo, zumos jugos— con taurina y sin taurina. Cuando una empresa emplea el eslogan “sin” está enviando un mensaje subliminal al consumidor: “Esto o lo otro es perjudicial para la salud, pero a diferencia de otras marcas, nuestro producto es seguro porque no lo lleva”, lo cual no es cierto. Emplear eslóganes, como “sin porquerías” o “sin pesticidas”, dando a entender que otras marcas incluyen en la composición de sus productos esas supuestas sustancias nocivas o perniciosas, es un disparate injustificable.

En el caso concreto de la taurina, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no ha encontrado ningún beneficio en enriquecer zumos con este aminoácido, dejando claro, no obstante, que tampoco existe ningún riesgo por consumir alimentos ricos en taurina. Digamos que el eslogan “sin taurina” no tienen sentido, que lo mismo da con o sin. Solo confunde al consumidor.

imageLos fabricantes juegan con eso que llamamos “quimiofobia” o rechazo a los ingredientes químicos, una consecuencia del déficit cultural del consumidor medio. La química, sin duda, nos permite alcanzar edades imposibles para las primitivas civilizaciones, alimentadas con productos que pudiéramos llamar “naturales”, cuando no “ecológicos”, tan de moda.

Luis Oro, catedrático en la Universidad de Zaragoza, prestigioso investigador galardonado con los más importantes premios científicos, asegura que “entre todas las ciencias, la química es, sin duda, una de las que más ha contribuido a mejorar la calidad de vida y el bienestar de la humanidad. Los avances logrados en las áreas de vital importancia para el ser humano, como la salud, la alimentación y nutrición, la higiene, el vestido y otras como la cultura y el deporte, han sido fruto del esfuerzo de los científicos e investigadores químicos”.

Otro miedo que nos agita es el de “no estar a la altura” de lo que sea, intelectual o físicamente, y este miedo propicia la aparición de productos supuestamente “milagrosos”. Si hay un grupo que ha incrementado espectacularmente sus ventas en los últimos años, ese es el de las bebidas energéticas. Se usan para casi todo: los deportistas para aumentar su rendimiento físico, los alumnos para estudiar, los que deben mantenerse despiertos para no dormirse, los que salen de marcha para mezclarlas con bebidas alcohólicas… En fin, el no va más.

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Sin embargo, las lagunas existentes son muchas. Las “moléculas estrella” de estas bebidas, como la carnitina, la taurina, el ginseng, etc., prometen innumerables beneficios. Los informes oficiales de la EFSA lo dejan claro: “A día de hoy, se puede afirmar con rotundidad que estos ingredientes no sirven absolutamente para nada”. Todas estas bebidas son ricas en cafeína, un estimulante cuyo consumo —esta vez sí— pudiera tener consecuencias graves para la salud.

Finalmente, dejar claro que los aditivos, conservantes y colorantes autorizados son totalmente seguros, ingeridos según el patrón normal de consumo. Además, consumir alimentos sin lactosa o sin gluten solo es recomendable si somos intolerantes a la lactosa o tenemos algún problema con el gluten, debidamente diagnosticado por un facultativo.

Los datos son preocupantes. El consumo no responsable de productos “sin” o “con” y de bebidas energéticas debe controlarse, y su composición y efectos revisarse cuidadosamente por la autoridad.


IMÁGENES: Arriba, sin taurina. Centro, sin lactosa. Abajo, bebidas supuestamente energéticas “que no sirven absolutamente para nada”.

Fuentes: Scientia, Alimente, EFSA y Wikipedia (Luis Oro).


3 comentarios:

Jesús dijo...

Magnifico comentario Félix, aunque tengo que decirte que yo no tomo nada que no especifique claramente que tiene conservantes.
Digo yo que algo harán ¿no?.
Un abrazo desde Asunción, se te echa de menos.

FG dijo...

Obviamente, los conservantes sirven par eso: para conservar el producto en las mejores condiciones sanitarias posibles. Me encantaría estar en Asunción ahora mismo, pero tendremos ocasión. Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Absolutamente real y cierto como la vida misma! Gracias.