sábado, 29 de marzo de 2014

Mujeres rurales

Este texto fue escrito por mi esposa, Marichu,
excelente conocedora del papel de la mujer rural en
la España profunda y no tan lejana.

Las protagonistas pudieron haber tenido cualquier nombre: Manuela, Julia, Milagros, Teresa... Mujeres luchadoras, día a día, por satisfacer las necesidades de su familia, en un ambiente hostil cargado de dificultades económicas, sociales, culturales, sentimentales… donde, a pesar de los fracasos, volvían una y otra vez a emprender sus tareas con el afán de quien se aferra a la vida y a la esperanza.

Mujeres de rostro afable, de gesto cariñoso, de mirada tierna pero, sobre todo, de silencios. Personas humildes y discretas, contenidas en lo bueno y en lo malo, sin quejas, sin alardes... Personas con una fe que nunca supieron explicar, suficiente para ellas. Mujeres pendientes de todo y solidarias con todos. Atareadas, laboriosas, haciendo mil trabajos, siempre de forma anónima. Mujeres cuya biografía no quedará escrita en los libros sino grabada en nuestro corazón.

mujeres lavando 2

La vida de estas mujeres pudo discurrir en cualquier pueblo rural de España, llevando a cabo tareas de todo tipo: amasar el pan, cerner la harina –a veces con un cedazo prestado–, desgranar el maíz, cocer las peladuras de las patatas para dar de comer a los cerdos, ir al campo a recoger pequeñas caracolas blancas para los patos, criar un cordero con biberón, curar a las gallinas untando sus patas con un preparado de azufre o investigar con un procedimiento poco científico si el huevo estaba cerca, repasar calcetines en el abrigo del corral, lavar en la acequia o en el río con el agua helada, llenar las tinajas... ¡Tantas cosas!

A las jornadas de trabajo en la casa había que añadir las interminables labores del campo en épocas concretas, siempre de muchísimo frío o muchísimo calor: vendimia, siega… limpiando remolacha en pleno invierno, con grandes heladas, manos con guantes que ellas mismas confeccionaban. Cuando el calor era sofocante cubrían su cabeza con un pañuelo. No para protegerse del sol. Creo que lo hacían por timidez, por discreción, como si no quisieran airear su esfuerzo.

mujeres trillando

Grandes economistas. Con un solo huevo batido y miga de pan sabían hacer una suerte de buñuelos que se multiplicaban a la hora de la cena, como en el milagro del Evangelio. Sabían hacer conservas y recoger huevos de sus gallinas para cambiarlos por aceite o pescado para un día de Navidad. Preparaban infusiones para la tos o cataplasmas para ablandar el pecho…

Mujeres solidarias, compartiendo siempre lo poco que tenían. A veces, las vecinas se juntaban al abrigo del sol para coser, zurcir, repasar... La más sabia ayudaba a las demás a apañar unas sábanas, prestaba su huevo de zurcir y sacaba de su bolsita de botones, hecha con un trozo de tela y atada con un cordoncillo, uno que le faltaba a alguien del corro. Mujeres sabias que conocían cómo deshacer un jersey y tejer una chaqueta después de lavar y esponjar la lana o darle la vuelta a una prenda para que tirara unos años más luciendo la otra cara...

Luego, los hijos: la lactancia, los dientes, el sarampión, la tosferina… todo, todo a cargo de la madre. Y si un hijo salía espabilado, era la mujer la que, en su papel de madre, buscaba los medios para que ese hijo o esa hija pudieran desarrollar sus capacidades y, en un futuro, disfrutar de una vida mejor.

Ojalá que estas líneas se lean como un pequeño homenaje a tantas mujeres anónimas, sabias, sencillas, abnegadas y generosas.


IMÁGENES: Arriba, lavando en el río en un día de verano. Abajo, aventando el grano en la era.

sábado, 15 de marzo de 2014

Diccionario moderno de física cuántica

Como complemento a la entrada anterior sobre la partícula divina o la partícula de Dios o el bosón de Higgs o la madre que lo parió, este diccionario aporta necesarias definiciones a las más importantes partículas implicadas en la lírica del descubrimiento.

albión. m. Fís. Notable ión albino que desempeña un papel electrizante en la tragedia de Shakespeare El Reay Lear.

Miguel bosébosón. m. Fís. Partícula elemental descubierta por Miguel Bosé mientras cantaba lo del amante bandido. Otras fuentes atribuyen el invento al brasileño Tom Jobin, pesadísimo intérprete de bossa nova.

electrón. 1 m. Fís. Componente principal del chorro o flujo de partículas invisible que activa el contador eléctrico y sale por los enchufes para darnos aire, luz y garrampa. 2 m. Mit. Abuelo de Electra, diosa griega de la venganza, que aún hoy se regodea lanzando rayos y electrocutando a incautos y desavisados.

gluón. 1 m. Pegamento usado en física cuántica para evitar que se desparramen las trizas subatómicas por el universo universal y los agujeros esos, negros de aguantar tanta partícula divina y tanta gilipollez. 2 m. En tubo: Uhu, pegamento transparente, cristalino, limpio y apto para usos escolares.

hadrón. m. El mal ladrón de los evangelios apócrifo-cuánticos.

lep(e)tón. 1 m. Unidad genómica y gentilicio de los nacidos en Lepe, Huelva. 2 Loc. Muy perspicaz y advertido, que sabe más que Lepe, obispo de Calahorra.

Maneken pismeón. m. Fís. Parte de la estructura del átomo que padece de incontinencia urinaria.

mesón. 1 f. Mesa grande. 2 m. Fís. Como su nombre indica, hadrón con un espín entero. 3 m. Hos. Lugar donde se degluten productos de la tierra, especialmente, cocido madrileño, butifarra catalana, jamón de Teruel y bacalao al ajo arriero.

neutrino. v. Loc. Acrónimo de la expresión gallega eu non trino que, obviamente, nada tiene que ver con la física cuántica.

neutrón. m. Loc. Ni una cosa ni otra, ni tanto ni tan peludo, ni chicha ni limoná. En el Reino Unido: Neither fish nor fowl.

pión. m. Orn. Pájaro que pía mucho, p.e.: el canario de mi vecina del tercero.
pitón. m. Her. Partícula subatómica con aspecto de serpiente, compuesta por la letra pi (g) y el medio espín del leptón tau (Vx).

Putón argentinaputón. m. Inf. Acrónimo de put ON o sea, poner en ON, arrancar, iniciar, poner en marcha. (Véanse también las versiones adjetivadas: putón desorejado y putón verbenero).

quanto. m. Tanto, cantidad expresada en euros o en cualquier otra moneda.

tardón. m. Fís. Nueva partícula cuántica descubierta en la Universidad Binacional de Asunción que justifica el retraso de los paraguayos en acudir a las citas y consumar sus deberes sociales.


IMÁGENES: Arriba: El cantante Miguel Bosé en una actuación “bosónica”. Centro: El Manneken Pis o “niño que mea” en el centro histórico de Bruselas. Abajo: Viky Xipolitakis se desnudó en Buenos Aires. “Feliz 9 de julio les desea el putón patrio”, escribió la vedette.

sábado, 1 de marzo de 2014

La partícula divina

Como medio siglo a.C., en un momento de lucidez mental, el griego Empédocles postuló la teoría de los cuatro elementos que componen la materia: tierra, aire, fuego y agua. Y, no contento con ello, se atrevió a pontificar –aunque no fuera pontífice, sino filósofo– que nuestros huesos se componen de una parte de aire, dos de tierra, dos de agua y cuatro de fuego. No cuenta la historia cómo pudo llegar a esta receta porque si ustedes, curiosos, deciden hacer la prueba, lo que obtendrán será barro caliente con burbujas.

Pronto cayó en la cuenta de que eran necesarias algunas fuerzas para unir estos elementos y se sacó de la chistera el amor y la discordia: el amor para que se junten y la discordia para separarlos. Quizás no fuera muy científico pero los científicos de su época lo aceptaron tal cual.

Aire agua tierra fuego

Poco después, Demócrito desarrolló la “teoría atómica del universo” que se puede esquematizar así: “Los átomos son eternos, indivisibles, homogéneos, incompresibles e invisibles”.

En ello estábamos hasta que, ya en el siglo XX, con el desarrollo de la física nuclear y de la física cuántica, se comprobó que el átomo puede todavía subdividirse en partículas más pequeñas, y los científicos decidieron seguir investigando hasta donde les fuera posible.

Un grupo de ellos se topó con una inmensa llanura en la tierra india de Waxahachie, Texas, y se establecieron allí. Dijéronse unos a otros: “Vamos a construir un colisionador gigante, cuyas colisiones lleguen hasta el principio del tiempo”. Y se sirvieron de los imanes superconductores para curvar y de los protones para machacar.

Bosón traza

Se acercó Yahvé a ver el acelerador que estaban haciendo los hombres, y se dijo: “He aquí un pueblo que está sacando de la confusión lo que yo confundí”. Y el Señor suspiró y dijo: “Bajemos, pues, y démosles la Partícula Divina, de modo que puedan ver cuán bello es el universo que he creado”. (Novísimo Testamento, 11:1)

Higgs dijo que el nombre de “partícula de Dios” era un chiste hecho por otro académico que originalmente la llamó la “partícula maldita”, porque era muy difícil de encontrar. El descubrimiento causó una pérdida de 100 dólares a Stephen Hawking. El famoso físico había apostado con un profesor de la Universidad de Michigan que el bosón no sería encontrado.

Algunos investigadores prefieren llamarla "la partícula de la botella de champagne", haciendo alusión a la anécdota según la cual el físico David J. Miller ganó en 1993 una botella de esta bebida ofrecida por el ministro de ciencia británico como "premio" a quien fuese capaz de explicarle qué era el bosón de Higgs, la partícula divina, en suma.

Sobre la utilidad del descubrimiento, el propio Higgs, a quien le parecía raro que un bosón tuviera nombre de científico, aunque fuera el suyo, escribió: “No tengo ni idea para qué sirve la partícula” y añadió: “Ignoro las aplicaciones prácticas que pueda tener este descubrimiento. El bosón existe por un tiempo muy corto. Probablemente una millonésima de una millonésima de una millonésima de segundo. No sé cómo aplicarlo a algo útil”.

Y es que la “utilidad” del bosón de Higgs es más bien teórica, como parte de las cosas que nos sirven para entender el mundo. Ayuda a explicar cómo las partículas fundamentales ganan masa, una propiedad que les permite unirse y formar los elementos que conocemos del universo, como estrellas y planetas.

Dice mi mujer que dos científicos acaban de ser nominados para el premio Nobel por haber descubierto una partícula aún más pequeña: una brandada de bacalao en el restaurante del Bulli.


IMÁGENES: Arriba, mural “Tierra, aire, fuego y agua” (Alejandro Cañada, 1950), emblemático en el hall del aeropuerto de Zaragoza, hasta que una desgraciada ampliación lo destruyó. Centro, una traza hipotética del bosón de Higgs en una colisión simulada de protón-protón. Abajo, crocant de glaseado al aroma del pino noruego con efluvios microorgánicos de carbón vegetal activado con vichysoisse flatulé al nitrógeno líquido, del mismísimo Bulli.