sábado, 26 de marzo de 2016

Lágrimas de cocodrilo

Esta Semana Santa de 2016 “año bisiesto, año siniestro”– será recordada como una de las más negras de nuestra historia reciente.

Bruselas 1En la madrugada del lunes, un desgraciado accidente de autopista acabó con la vida de 13 jóvenes estudiantes extranjeras, becarias de Erasmus, que regresaban a Barcelona después de una festiva excursión a las fallas de Valencia.

El martes, la bestia del fanatismo islámico, en nombre de un dios bárbaro y atroz, atacó en el mismísimo corazón de Europa: doble atentado suicida que dejó 31 vidas truncadas y más de 230 heridos, en Bruselas, a la puerta de las instituciones europeas.

El jueves pronunciamos hermosos discursos, pusimos flores y lloramos un poco en recuerdo de los 149 fallecidos del año anterior en el airbús de Germanwings que un piloto desequilibrado estrelló en los Alpes franceses.

El viernes, volvimos a estremecernos con el asesinato de un justo que pagó por pecadores: el hijo del Dios Creador que parece haberse olvidado de su obra más delicada. De nosotros.

En el horizonte, el goteo de muerte, la interminable tragedia humana de los refugiados que llegan a las playas de Grecia o Turquía huyendo de la guerra de Siria o de cualquier otra guerra, a los que Europa les cierra el paso con alambre de espino. Porque no quiere o no puede o no tiene nada que ofrecerles.

bruselas 3

No faltaron esta semana banderas a media asta, crespones negros, minutos de silencio, velas, florecitas, políticos inútiles e instituciones más inútiles aun declamando encendidos discursos en defensa de nuestras libertades, de la democracia y de la vida.

En noviembre, a raíz de los atentados de París, el presidente Hollande prometió a los franceses acciones contundentes contra el estado islámico que, como en tantas otras ocasiones, se las llevó el viento una vez restablecida la calma. Ban Ki-Moon, funcionario número uno de las Naciones Unidas, paradigma de lo inútil, recorre el mundo con sus discursos vacíos, sin aportar ni un atisbo de solución, ni una brizna de esperanza que ayude a mitigar, siquiera un ápice, los problemas que nos afligen. La OTAN, nuestro baluarte militar, nuestra fuerza bruta garante de la paz, desaparecida. Los clérigos responsables de las mezquitas y de las organizaciones islámicas [1], apresurándose en condenar y desvincularse de los atentados, no vaya a ser que peligren sus exenciones y privilegios.

Algunos miserables politicastros de mierda no sé bien si canallas integrales o integrales hijos de puta–, justificaron los atentados como una “devolución” de la violencia sembrada por occidente. Me refiero a los miembros de un partido de la izquierda que se dice demócrata y progresista al estilo de Venezuela o Cuba o Corea del Norte–, que ni siquiera apoyó el pacto antiyihadista suscrito por el resto de fuerzas políticas españolas. Como si los muertos de Bali, Marruecos, Egipto, Irak, Túnez, Afganistán, Pakistán, Rusia, Libia, Sri Lanka, Nigeria, Costa de Marfil, Moldavia… no formaran parte de la infernal contabilidad del terrorismo islámico, todos lejos del Occidente inicuo y agresor, casi todos bien a la derecha del meridiano de Greenwich.

Bruselas 2

El lunes, comenzará la retirada de lágrimas, lacitos, jesuis léase ye sui–, encendidos discursos, silencios hipócritas e impotencias manidas de 140 caracteres. Nuevas atrocidades ocuparán nuestro interés y la resaca del tiempo se llevará, a su paso, la espuma de la ira y las palabras insustanciales de los payasos del circo de la política. Los propósitos y las condenas, tan huecas, se irán descomponiendo poco a poco, dejando en el aire un terapéutico hedor a podrido. Solo quedará la tristeza profunda, las huellas insondables del dolor de los que perdieron a alguno de sus seres queridos de quienes, irremediablemente, nos olvidaremos también enseguida.

Algo apesta en esta sociedad jeremíaca: la que mejor llora por los muertos que no sabe defender en vida.


IMÁGENES: Arriba, imagen icónica del atentado de Bruselas que ha dado la vuelta al mundo. Centro, refugiados en la alambrada. Abajo, El presidente francés prometiendo acciones contundentes y definitivas contra el terrorismo islámico.

La semana culminó con el fallecimiento del mítico jugador holandés de futbol Johan Cruyff, y el aniversario de la muerte (14 marzo1916) del compositor español Enrique Granados en el Canal de la Mancha, cuando un submarino alemán torpedeó al barco que lo traía de vuelta de Nueva York.

Domingo de Resurrección: Un atentado suicida deja en Lahore, Pakistán, 72 muertos y más de 350 heridos entre cristianos que celebraban el Domingo de Pascua en la zona infantil de un parque de la ciudad lleno de familias.

[1] “¿Dónde está la evidencia de que la fe Musulmana es una religión de Paz? ¿Dónde está la evidencia de que las voces conciliatorias dentro del mundo musulmán están siendo más escuchadas que las voces fratricidas? ¡Ayúdenme, porque yo no escucho esas voces!” (Dawlin A. Ureña, Doctor en Teología, República Dominicana).

Una frase de Arturo Pérez Reverte: “Los yihadistas deben de estar acojonados por las florecitas, las velitas y nuestro enérgico 'todos somos Bruselas'. Y hasta la próxima”.

sábado, 12 de marzo de 2016

De chinos y zanguangos

Filipinas mantiene excelentes relaciones con sus grandes vecinos, digamos Japón, China, India y algunos más. Durante estos días, el emperador de Japón y su esposa, o lo que los años han dejado de ambos, nos han visitado en Manila, donde los medios dan cumplida cuenta de sus actividades con un espectacular despliegue de recursos. India y China salen a diario en la prensa con sendas páginas de noticias, publicitando y pagando, supongo– sus logros y enfatizando la evolución social, científica y tecnológica de ambos países.

Go

Una reciente reseña da cuenta de que, en China, un programa informático ha derrotado, por vez primera, a un campeón profesional de un milenario juego llamado Go [1], una prueba de estrategia en la que los jugadores deben conquistar el mayor territorio posible, posicionando unas piedras blancas y negras sobre un tablero. El desafío parece sencillo y las reglas simples, pero esconde una gran complejidad especialmente para una máquina, por la dificultad que entraña calcular movimientos arbitrarios. Los aficionados al juego aseguran que es más sofisticado que el ajedrez.

Al genial Marvin Minsky, padre de la inteligencia artificial, fallecido hace pocos días, le habría encantado leer esta noticia sobre una hazaña que nadie esperaba antes de una década. El software desarrollado por Google ha dado un importante paso adelante. El programa utiliza múltiples y exhaustivos circuitos electrónicos interrelacionados para evaluar posiciones sobre el tablero y seleccionar posibles movimientos. Se trata de “redes neuronales artificiales”, que imitan a las biológicas y se prepararon combinando el aprendizaje supervisado por jugadores expertos con el que se consigue cuando la máquina juega contra sí misma.

Go 3Otra noticia, también de China, me ha recordado a mi abuelo Francisco, quien desplegaba a veces un léxico bastante sofisticado para un maquinista de locomotoras de vapor. Solía llamar “zanguango” a personas desmañadas y torpes que destacaban por su pereza, indolencia, desidia… Un vocablo, el de mi abuelo, fonéticamente similar al chino zhuangyuan, aunque con significado bien distinto.

Cuentan que, en tiempos de la dinastía Sui, hace unos 1.400 años, el imperio tenía censados 360 oficios o actividades, y que cada una de ellas disponía de su zhuangyuan, el erudito que conocía al dedillo los intríngulis del negocio, el primero de la clase, el gafotas, en suma.

La dinastía Sui [2] acabó con casi cuatro siglos de gobierno de castas militares, instaurando una complicada organización de funcionarios al servicio del estado. El “examen civil” era el único camino abierto a los estudiosos que deseaban formar parte de la envidiada burocracia y, por ende, elevar su posición social. Un asunto este de excepcional importancia en la época, considerando que la categoría de funcionario era hereditaria, es decir, hijos, nietos y biznietos mantenían de por vida la condición adquirida por su padre, abuelo o bisabuelo.

Go 2Los exámenes se realizaban a diferentes niveles, siendo el más alto el llamado "examen de la corte imperial", presidido por el propio emperador. A la persona que ocupaba el primer puesto en la lista de aprobados, es decir, al primero de su promoción, se le llamaba el zhuangyuan, suprema aspiración de los antiguos chinos instruidos.

Aunque el sistema se canceló en 1905, a los chinos contemporáneos que reciben la nota más alta en los exámenes para funcionario público se les sigue llamando como entonces. De hecho, todos los oficios mantienen profesionales de primer nivel. Nadie se sorprende hoy si oye hablar de maestros zhuangyuan en la cría de chanchos, gallinas o conejos o incluso en la conducción de locomotoras de vapor.

Como mi abuelo.


IMÁGENES: Arriba, tablero del juego del Go. Centro, locomotora de vapor de la época de mi abuelo, aunque algunos tramos ya estaban electrificados. Abajo, examen de la corte imperial.

[1] El go en chino, igo en japonés o baduk en coreano, es un juego de tablero estratégico para dos jugadores que se originó en la antigua China hace más de 2.500 años. Fue considerado una de las cuatro artes esenciales de la cultura china de la antigüedad.

[2] El pronto colapso de la dinastía Sui ha sido atribuido a las tiránicas exigencias del gobierno sobre el pueblo, quienes soportaron el terrible agobio de los impuestos y la labor obligatoria, es decir, trabajos forzados. ¡Jodidos chinos!