sábado, 9 de noviembre de 2013

Deprimidos

La depresión ha sido una antigua compañera del ser humano a lo largo de todas las épocas y al margen de las distintas interpretaciones que de ella se han hecho en cada momento. El impacto de la melancolía en la cultura y la experiencia humanas se ha hecho notar con mucha frecuencia, como en Hamlet, por ejemplo. A esta tragedia de Shakespeare, al margen de ser una obra dramática de gran altura estética, podemos también considerarla como la declamación poética de un melancólico. Es decir, en el lenguaje actual, de un depresivo.

Cuando estamos deprimidos, amor, nadie nos explica por qué tenemos que sonreír y acudir a las citas y contener las lágrimas y, sobre todo, trabajar.

depression22319kp9La crisis de los años treinta generó, en Inglaterra, la aparición de una verdadera y copiosa “cultura de la depresión”. Algunas obras sacudieron la conciencia del público lector. En Amor en el paro, Walter Greenwood relataba, con realismo y crudeza insuperables, la historia de la progresiva degradación moral, de la destrucción de las ilusiones y esperanzas vitales de los jóvenes de una localidad obrera condenada al paro, la miseria, los prestamistas y la protesta estéril.

Cuando estamos deprimidos, amor, deberían darnos de baja en la vida, porque las expectativas sociales son incompatibles con la melancolía.

George Orwell, con su obra El camino de Wigan Pier, fue un caso aparte en los círculos intelectuales británicos de la cultura de la depresión. Radical y socialista como tantos otros intelectuales de su generación, su concepción moral de las cosas, su manera de entender la dignidad humana, le llevarían a asumir sus compromisos con una autenticidad insobornable y a convertirse en un hombre incómodo hasta para la propia izquierda de la época.

Cuando estamos deprimidos, amor, la solidaridad desaparece de nuestro entorno y los demiurgos de la salud te apuran a salir del pozo solo, tú solo, “solo tú puedes curarte…” y alzan frente a ti la amenaza de un muro llamado siquiatra.

Como trastorno emocional, una depresión puede ser muy invalidante. Es un tipo de dolencia que casi no se nota, aunque suele ser extremadamente delicada para la vida cotidiana. Estar deprimido es algo más que estar triste o melancólico y mucho más severo que estar cansado.

otoño-1024x574Cuando estamos deprimidos, amor, nos conformaríamos con la soledad y el silencio que los compromisos hacen imposible.

Son muchos los casos de personajes históricos que, a pesar de padecer fuertes depresiones, fueron capaces de grandes logros. Tanto es así que el griego Aristóteles estaba convencido de que la mayoría de los personajes relevantes tenían ese problema.

Una de las más antiguas, persistentes y controvertidas nociones sobre la creatividad sostiene que, posiblemente, existe un vínculo con el genio. En la mitología griega se describe la íntima concordancia entre los dioses antiguos, la melancolía y las personas creadoras, y de una manera más dramática, en las luchas dionisíacas entre la violencia y la creación, la locura y la razón.

Cuando estamos deprimidos, amor, nos dan tópico, demagogia y buena cara, y tratan de insuflarnos torpemente unas ridículas y miserables ganas de vivir.

Con lo fácil que sería darnos una pistola con silenciador, para no despertar a los pájaros.


IMÁGENES: Arriba, depresión, dibujo a lápiz. Abajo, hojas de otoño.

3 comentarios:

Liliana dijo...

Si necesitas hablar, cuenta conmigo.
Saludos desde Colombia.

Jorge Juan dijo...

A quien demonios dedicas el blog de la depre...?

FG dijo...

La entrada de hoy es como todas, solo un texto, una ocurrencia, un ejercicio que pretende ser literario...

Nada que ver con mi estado anímico. Me encuentro muy bien. Gracias.