sábado, 15 de abril de 2017

Mentirosos compulsivos

pinochoSe nos repite constantemente que vivimos en la era de la información. Es cierto. Nunca tanta gente ha tenido acceso a tanta información y conocimiento. Nunca la comunicación ha sido tan fluida, abundante, rápida y omnipresente. Quienes toman las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales, jamás han podido hacerlo en mejores condiciones. El mundo debería estar mejor que nunca, aunque todos sabemos que no es así. ¿Por qué? El escritor francés Jean-François Revel [1] nos da la respuesta:

"La mentira es la primera de todas las fuerzas
que gobiernan el mundo"

Cuando vuelas con aerolíneas baratas, las esperas en los aeropuertos suelen ser largas. La tradición se cumplió en Barcelona, tratando de volar a Roma. Un joven catalán, muy amable y exquisitamente educado, viajando a su nuevo empleo en una capital europea, vecino de mesa y café, nos contó sus experiencias como ex becario de Erasmus que incluso dice– fueron publicadas en la prensa digital [2]. Una conversación larga e instructiva que voy a tratar de resumir.

      “Te vas de Erasmus [3] a Londres, y descubres que existe vida fuera de nuestro pequeño planeta catalán. Que la Caixa no es tan importante si se compara con el HSBC o el Comercial Bank of China. Que solamente una ciudad como Shanghái tiene 20 millones de personas, es decir, tres veces toda Cataluña.

Barras ARAGÓN      “Descubres la verdad. Que lo de las cuatro barras de Wifredo el Velloso sólo era una leyenda, un mito sin fundamento histórico [4]. Ni Wifredo fue contemporáneo de ningún emperador franco ni se usaba la heráldica en aquel siglo. Además, hasta la unión con Aragón, el emblema de los condes de Barcelona fue la cruz de San Jorge: una cruz de gules sobre campo de plata.

      “Descubres que la sardana la inventaron en el año 1817. Fue un tal Pep Ventura, que tampoco se llamaba Pep sino José, nacido en Alcalá la Real [5], provincia de Jaén, e hijo de un comandante del Ejército español. Se la inventaron, porque no podía ser que la jota de Lérida o de Tarragona fuese el baile nacional catalán y mucho menos la danza a la que llamábamos el españolito. Por eso se inventaron la sardana a comienzos del siglo XIX: para crear una identidad nacional inexistente hasta entonces.

      “Compruebas que en 1714 no hubo ninguna guerra catalana-española y que Cataluña no participó en ninguna derrota bélica. Fue una guerra entre dos candidatos a la Corona de España. En todos los territorios del reino hubo partidarios de los Austrias y de los Borbones: Madrid, Alcalá y Toledo lucharon en el mismo bando que Barcelona. No fue, como intentan venderlo, una guerra de secesión sino de sucesión: ningún bando aspiró nunca a romper la unidad dinástica entre Castilla y Aragón ni la separación de Cataluña. La Diada [6], pues, un mito, otra mentira más.

      “Te das cuenta de que los nacionalistas nos han tomado el pelo. No nos han educado, sino manipulado. Nos han alimentado con una ideología total que se encuentra por encima de cualquier otra consideración. Lo abarca todo: permite pisar los derechos de las personas, modelar la historia a su gusto y determinar lo que está bien o lo que está mal. Compruebas que nos han adoctrinado a través de mitos, leyendas y mentiras. Que han construido o falseado una realidad con tal de fundamentar su ideología.

La verdad no se puede ocultar siempre: viajar es una poderosa vacuna contra la estupidez, los populismos, las majaderías y los complejos individuales o colectivos.


IMAGénes: Arriba, el muñeco Pinocho con la nariz crecida por mentiroso. Abajo, las barras del Reino de  Aragón en un manuscrito medieval conservado en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich.

[1] Jean-François Revel, El conocimiento inútil, Premio Chateubriand 1988, Planeta 1989.

[2] Alerta Digital: Carta de un catalán sobre los mitos y mentiras con los que creció y fue educado.

[3] El programa europeo de becas Erasmus tiene como objetivo atender a las necesidades de enseñanza y aprendizaje de todos los participantes en educación superior y en formación profesional de grado superior, incluidos los estudios de doctorado.

[4] Esta leyenda se refiere al origen de las barras de la bandera y escudo del reino de Aragón, de la que Barcelona, y no Cataluña, fue un condado. Wilfredo el Velloso resultó herido en una batalla - que ganaron – contra los normandos (francos), peleando junto a su rey de Aragón quien le dijo que, por su valentía, le concedería lo que pidiera. El conde le solicitó un escudo de armas y el rey mojó cuatro dedos de su mano en sus heridas y los pasó por el escudo supuestamente dorado de Wilfredo el Velloso. De esta manera el escudo quedó marcado con cuatro barras de sangre.

[5] El País: Alcalá la Real reivindica el origen andaluz del creador de la sardana moderna. La localidad jienense homenajea a Pep Ventura.

[6] La Diada o fiesta nacional catalana celebra (?) la derrota de Cataluña en una supuesta guerra de secesión que nunca existió.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La Val d’Aran fue territorio aragonés hasta 1833 en que pasó a formar parte de la recién creada provincia de Lleida. Asimismo, Lleida fue una ciudad históricamente aragonesa por donde corría la moneda jaquesa y cuyos ciudadanos se negaron a incorporarse a Catalunya en el siglo XIII aunque finalmente en el siglo XIV se integró definitivamente en Catalunya. Del mismo modo, el marquesado de Tortosa se integró en Aragón y era su salida al mar, tan deseada por el rey Alfonso I el Batallador, pero pasó a incorporarse a Cataluña también a finales del siglo XIV. Aun así, los ciudadanos de Tortosa siguen manteniendo la jota y el dialecto tortosino a pesar de los intentos de asimilación del nacionalismo catalán.

Juan, desde Zaragoza

FG dijo...

Gracias, Juan.
Muy interesante aportación.