sábado, 4 de marzo de 2017

Parabenos y hierbas alpinas

P1010684 r1Estaba yo en el baño cómodamente aposentado en mi trono, como cada mañana, leyendo las etiquetas de los variados botes que se acopian por allá como hago cuando no tengo a mano nada mejor– y, de pronto, me entero de que mi champú no contiene parabenos. ¡Qué horror! Un champú de primera marca, comprado en El Corte Inglés, 0% parabenos. Comenzó a invadirme un sudor frío, una desazón, una angustia tan insufrible que no tuve más remedio que llamar de inmediato a mi amiga Zoraida, brillantemente licenciada en ciencias químicas, para consultarle las consecuencias de aquella inadmisible insuficiencia parabénica.

Sustraída unos minutos de su tarea puntual de cambiarle los pañales a su chico más chico, me hizo Zori una identificación exacta de los parabenos que no puedo reproducir aquí por su enorme carga científica. Lo cierto es que –me dice-, como muchos otros compuestos químicos que utilizamos habitualmente, no son excesivamente buenos ni malos ni saludables. Se usan, sobre todo, como conservantes habituales en la industria cosmética. Con estos antecedentes, me pregunto, ¿cómo se conservará activo y eficaz mi champú durante los “12 meses después de su apertura”, como indica un icono del envase si, precisamente, carece de esos conservantes?

P1010687 r1La mentada etiqueta resalta que el champú contiene “extracto 100% natural de hierbas alpinas”. Importante aclaración lo de “natural”, como si existieron yerbajos montaraces –alpinos- que no lo fueran. El listado de ingredientes señala que se trata de extracto de hojas de salvia oficinalis y de artemisa dracunculos, o sea, salvia y estragón; flores del thymus vulgaris, es decir, tomillo; sin que falte el extracto de selaginella lepidophylla aerial, llamada doradilla en el desierto de Chihuahua, en México, donde es un endemismo. Un poco lejos de los Alpes, por cierto.

Llegados a este punto podemos establecer, por un lado, que la ausencia de parabenos solo sugiere que el champú no lleva conservantes y, por otro, que las hierbas mencionadas no son específicamente alpinas ni mucho menos. En el primer caso, no estaría de más que los iluminados del marketing moderno que redactaron la etiqueta nos indicaran cómo se las apañan para que el champú permanezca activo durante todo un largo año. En el segundo caso, veamos lo de las hierbas.

P1010689 r1La salvia tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas y termorreguladoras, siendo recomendable su consumo en infusión durante el ciclo menstrual y contra la diabetes. El estragón favorece la digestión, previene la úlcera de estómago, estimula la producción de bilis y tiene un cierto efecto hepatoprotector. El tomillo es digestivo, estimulante del apetito, antiparasitario, antihelmíntico, anticatarral, antiséptico, bactericida, mesolítico… entre otras propiedades incluso culinarias, como una especia que combina a la perfección con varios platos. Finalmente, la doradilla se emplea en afecciones pulmonares, disolución de cálculos de la vejiga e hígado, artritismo, gota… Dicho de otro modo, que ninguno de los extractos de hierbas supuestamente alpinas demuestra tener influencia alguna sobre eventuales disfunciones en el cabello o en el cuero cabelludo.

Ítem más, los del marketing resaltanvirtualmente esnifados– blanco sobre verde oscuro: “100% Belleza”. No sé si esto sugiere que el champú con 0% parabenos pudiera mejorar el aspecto de los feos. Por si un aquel, voy a lavarme la cabeza dos o tres veces al día, a ver si consigo parecerme a Brad Pitt o a alguno de esos guaperas que salen en la caja tonta.

Parabenos, hierbas alpinas, 100% belleza… ¡Vaya timo!


IMÁGENES:
Arriba, la etiqueta principal. Centro, ingredientes con detalle de las hierbas que contiene. Abajo, 100% belleza.

Fuentes: Para la preparación de esta entrada se han consultado varios blogs y páginas de internet de fácil acceso relacionadas con las plantas medicinales citadas. La consulta a mi amiga Zori ha sido puramente virtual.

4 comentarios:

Zori dijo...

Los parabenos se están recelando como una de las posibles fuentes de metilaciones del ADN, y uno de los compuestos, como otros muchos, activos en eso que se llama "disrupción endocrina", que consiste, en resumen, en que los machos son cada vez menos machos y las hembras tienen desreguladas las funciones hormonales.

Ahora se ha puesto de moda lo de "sin parabenos", y lo que te quieren decir es "tranqui, que no lleva el primo hermano que da cáncer". Mientras se investiga con cuidado todo este carajal, se aprovecha el tema comercialmente.

Pedro L. dijo...

Hay que saber que, si bien los parabenos se encuentran en muchos productos, la concentración de estas sustancias es tan baja en cosmética que su efecto sobre el organismo es prácticamente inapreciable.

Jorge J. dijo...

Y como otros tantos productos cosméticos, alimentarios, farmacéuticos, etc., etc. La lista de etiquetas confusas alevosamente es interminable y seguirá. Lo bueno es que con más frecuencia están apareciendo en la prensa diaria, que no en las revistas científicas o de lectura para especialistas, artículos advirtiendo a los consumidores de timos de la estampita por doquier camuflados en bebidas energéticas, productos cárnicos procesados, dulces, etc. etc. Incluso ya están apareciendo en el imprescindible güasap.

FG dijo...

Jorge, lo que te llegue por guasap o medios afines, ponlo en cuarentena. Igual que muchos artículos de prensa, escritos por periodistas poco ortodoxos que no tienen ni puta idea de lo que escriben.