sábado, 9 de mayo de 2015

El idioma que nos une

En los lejanos años de concordia con esta tierra del antiguo Reino de Aragón, se colaron en mis oídos ciertos vocablos de la desenfadada plática local que no había escuchado jamás en mis lares del norte. Pronto, y a veces sobre mis propias carnes, aprendí el significado de verbos como esbarizar, esbarar, enlardar, empentar… o nombres como bisalto, cadiera, farfalloso o capoladora, cuyo significado se pierde en alguna oscura acepción entre las páginas del diccionario de la RAE. Pero ahí están, enriqueciendo y dando un temperamento, un aroma único, a nuestro idioma irrepetible.

Español 1

Recuerdo una frase que se decía –y se dice aun, creo–, con cierta desazón, cuando alguien demoraba en tomar una decisión importante o se retrasaba en elegir algo entre varias opciones o se entretenía demasiado en finalizar algún trabajo: “nos va a cantar el lucano”, se advertía al implicado. Durante años no supe quién coño era el tal lucano. El diccionario lo define como el gentilicio de los habitantes de Lucania, una provincia de la Italia antigua, sin ninguna conjetura aparente, al menos para mí, sobre cómo relacionarlos con el hecho o no de que pudieran cantar.

Una tarde de verano, alguien próximo me sacó de la confusión, explicándome que el dichoso lucano no es más que un pájaro sin voz, que no canta pero que, dándole el tiempo suficiente y necesario, se podría suponer que llegaría a hacerlo.

Así estaban las cosas cuando mi mujer me esclarece que nada de pájaro, que Lucano fue un poeta romano nacido en Córdoba, de cuya considerable obra ha llegado hasta nosotros su epopeya Farsalia sobre la guerra civil entre César y Pompeyo. Interesante aclaración obtenida por mi dama de El pasado que te espera, de Irene Vallejo, regalo de mi parte por el reciente Día Internacional del Idioma Español y Día del Libro, que nos llegó este año empapado de lluvias primaverales.

español 3Con todos estos y otros materiales hemos ido conformando, a grandes trazos y no sin tropiezos, un idioma que es como la identidad de nuestros pueblos, de donde salió esta lengua que incluye palabras como barranco, aquelarre, izquierdo… que se usaban en la península Ibérica mucho antes de la llegada de los romanos y que han perdurado hasta nuestros días.

Libro, pupilo, demente, amargo, amar y dormir son vocablos de estirpe latina. Los romanos impusieron el latín, la lengua del Lacio, como idioma común alrededor del Mediterráneo, desde Moldavia hasta la Lusitania y desde la Britania hasta el norte de África.

De origen heleno, disponemos de seudónimo, teoría, pedagógico, ateo… que tomaron los romanos de su más preciada conquista, Grecia, y los llevaron al resto de su imperio.

español 2Alquimia, aritmética, álgebra, algoritmo, ajedrez… un léxico que atestigua la cultura de la que fueron portadores los árabes al llegar a la España del siglo VII. Del árabe derivan igualmente voces como ojalá, algodón, albañil, azul, almohada, almojábana

De raíces americanas, Bogotá [1] y cuna (chibcha), bohío (antillano), canoa, barbacoa y huracán (taíno), caucho, cóndor y cancha (quechua), coyote, aguacate y guacamole (náhuatl), ñandú, ananá y yacaré (guaraní) han enriquecido nuestro idioma común a partir de 1492.

Ahora lo hace con fuerza y prodigalidad el inglés, de donde vienen multitud de términos ya incluidos en el diccionario, como bloguero, baipás, bluyín, nocaut…, y hacen cola para entrar muchos más: ciclocrós, selfi, wasap

Concluyo con un pensamiento del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante [2]: “El español es demasiado importante para dejarlo en manos de los españoles".

¡Mejor en manos de todos, compañero!


IMÁGENES: Arriba, lema de la RAE. Centro, viñeta del día del idioma español. Abajo, mapa esquemático de la distribución de las principales lenguas indígenas en América Latina.

[1] El nombre Bogotá tiene origen en la palabra chibcha “Bacatá”, nombre de la capital de la confederación del Zipa en la antigua civilización muisca, la cual significa "cercado fuera de la labranza"

[2] Tras la llegada al poder de Fidel Castro en 1959, Cabrera Infante, que había apoyado la Revolución cubana, fue nombrado director del Consejo Nacional de Cultura, ejecutivo del Instituto del Cine y subdirector del diario Revolución (actual Granma). Sin embargo, sus relaciones con el régimen se deterioraron pronto, debido a un corto que rodaron a finales de 1960.

NOTA: Algunos datos sobre palabras procedentes de determinados idiomas han sido tomados de “El origen de las palabras en el idioma español (für die Studenten des Niveau A1.1)” y del artículo de Fernando Ávila “A propósito del Día del Idioma: historia del español en 450 palabras”.

4 comentarios:

Jorge Juan dijo...

Muy interesante tu blog, aunque hay tantas maneras de hablar en español que la tarea de explicar los diferentes significados podría llevar lo que se tardó en concluir el Monasterio de El Escorial.
Un abrazo, campeón.

Guillermo Z. dijo...

Nos conocimos hace algunos años en Asunción. Aun cuando mi participación en el proyecto fue muy corta, fue suficiente para entrar en contacto con tu blog y disfrutar quincena a quincena de tus publicaciones. Lectura refrescante que comparto con algunos amigos a veces con un vino y otras mejor aun con un buen Pisco.
Si por casualidad alguno de tus viajes te trae por Perú, aun cuando sea de pasada, no dudes en avisarme, siempre tengo un buen Pisco para compartir.

Elías dijo...

Gracias Félix, muy buena la nota sobre la lengua. Yo soy un gran admirador de la vigencia del español en lo que fuera un gran imperio que se derrumbó bastante antes de la irrupción inmigratoria diversa. Tenemos diferencias nacionales pero lo sustancial es lo mismo.
Un abrazo.

Esther dijo...

Un blog muy interesante e ilustrativo; te invita a leer y no parar. Te seguiré sin duda!