sábado, 11 de octubre de 2014

Tontos con nombre propio

Hay tontos que no son tontos, y hay tontos que tontos son,
y hay tontos que vuelven tontos a los que tontos no son.

Los versos de arriba –si pueden considerarse como tal– me los recitó, hace muchos años, el que fuera embajador de España en Noruega, como respuesta a mi comentario de que yo era medio tonto para la cocina. Estábamos en Oslo, tratando de sacar adelante un bacalao al pilpil para celebrar la salida de la cárcel de un amigo español, encerrado durante siete días por dar positivo en un control de alcoholemia. Se dedicaba, mi amigo, a la exportación de bacalao, salmón y otras delicatessen de aquellas aguas del norte. Aportó una materia prima de lo mejor, así que el plato resultó delicioso.

Estaba con nosotros un pintor de nombre Miralles, de quien ya no recuerdo si era catalán o valenciano, que exponía en la Casa de España y a quien le compré una de sus obras. El caso fue que, hablando de arte, bacalao y tontos se nos hizo de noche. Nada extraño, dado que, en aquellas latitudes y por aquella época del año, las horas de luz se reducen, más o menos, de 9 de la mañana a 2 de la tarde.

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El embajador, muy en su papel, nos habló de la tradición hispánica en el amplio y complejo mundo de los pícaros, mentecatos, bobos, truhanes y necios de todo pelaje, y de su experiencia numerosa y abundante en palabras, frases, casos y anécdotas recogidas en el acervo popular.

No faltó una referencia completa a la singularidad de nuestros tontos. El refranero hispano asegura que “cada lunes y cada martes hay tontos en todas partes” proliferando, además, abundantes modos de manifestar la tontería, que no es sino la calidad o ejercicio estúpido de este inútil arte. El sabio rabino Shem Tob, mediado el siglo XIV, se hace eco de esta realidad: Que los tontos mil tantos son (más) que los que entyenden… La Biblia, por su parte, afirma que “es infinito el número de los necios”.

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La cantidad de expresiones y frases hechas de uso común es enorme. Una con la que siempre he conectado es “ser más tonto que Abundio”, como paradigma de insensatez, cerrazón y cortedad de entendimiento. A todos los que se llaman Abundio –más de 600 en España–, a buen seguro que no les hará ninguna gracia, aunque tengamos un amplio repertorio de tontos nominales tapizando el suelo patrio: Pichote, Cardoso, el cojo Clavijo, Perico el de los Palotes, Panarra, el tonto de Coria, el del Bote, el de Capirote, los de Carabaña… Sin olvidarnos del genial tontaina que tuvo la ocurrencia de asar la manteca en el dedo y del omnipresente tontolculo.

En su día pasó por loco insigne, diciéndose de Abundio que vendió el auto para comprar gasolina, los zapatos para comprar cordones y la vaca para comprar leche; que fue a vendimiar y se llevó uvas de postre, y que, en una carrera en la que corría él solo, llegó el segundo.

tontos 6En España, el nombre gozó de popularidad debido al culto a San Abundio, un presbítero martirizado por los árabes en el año 854. Algunos creen que este santo podría estar en el origen del dicho, ya que hasta en 11 ocasiones le ofrecieron los musulmanes desdecirse de sus supuestas injurias al Corán, sin éxito.

Otros sostienen que el personaje existió entre los siglos XVII y XVIII en Córdoba, donde protagonizó una solemne tontería parecida a la de Ambrosio y su carabina, aunque de naturaleza distinta. Se le atribuye haber pretendido regar con apenas agua, "con el solo chorrillo de su verga", un cortijo andaluz. Empresa a todas luces descabellada, a no ser que pretendiera regar otros campos metafóricos con el aparejo citado, en cuyo caso distaría mucho de merecer la fama que el tiempo le ha asignado.

Pensándolo bien, acaso nos encontremos ante el precursor del riego por goteo y debiéramos erigirle un monumento.


IMÁGENES: Por esta vez, sin comentarios… ¿Hacen falta…? (El de abajo es San Abundio, que no sé qué uso le daría a la espada).

FUENTES CONSULTADAS:

El libro de los insultos, de Pancracio Celdrán, Editorial del Prado, Madrid 1995.

Diario ABC, Madrid 2014.

Biblia Vulgata, vulgata editio (edición divulgada), traducción de la Biblia hebrea y griega al latín realizada por San Jerónimo por encargo del papa Dámaso I en el año 382, editada por Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1946.

Para detalles sobre “la carabina de Ambrosio”, pulse aquí.

7 comentarios:

Laura G. dijo...

A medida que iba leyendo, sabía que tramabas algo para el final! Pero tampoco para que hagas alegoría al meo en la calle!!!

Eugenio Mingo dijo...

Querido Félix, ya lo dijo un gran filósofo... Forrest Gump: "STUPID IS AS STUPID DOES"

https://www.youtube.com/watch?v=D_Komi7wnAw

FG dijo...

Pues, la verdad, no sabía que Forrest Gump era un "gran filósofo". Para mí que Forrest Gump es una novela cómico-dramática escrita por Winston Groom y publicada en 1986 por Doubleday. La novela tuvo una adaptación cinematográfica que llegó a lograr tanto éxito, que Groom creó una secuela de la novela llamada Gump & Co., que cuenta la vida de Forrest y su hijo.
Forrest Gump es un joven que tiene un bajo coeficiente intelectual, pero es humilde e inocente. Los avatares de su vida le llevarán a ser un héroe nacional, un gran jugador de fútbol americano y un gran deportista. El libro relata la vida de Forrest Gump durante varios sucesos históricos como la guerra de Vietnam.

Ramón dijo...

Espero que disfrutes de las fiestas de la Pilarica, con lluvia o sin lluvia, que el disfrute sale de dentro y se puede amoldar a distintas circunstancias... al mal tiempo, buena cara.

Jorge Juan dijo...

Tu blog de esta semana no requiere comentario, porque has demostrado la agudeza irónica y socarrona que te caracteriza.
Un abrazo y que la Virgen del Pilar haga el milagro de que podáis celebrar su festividad con el sol como testigo.

Eugenio Mingo dijo...

Yo creo que los filósofos piensan y razonan sobe el mundo que les rodea... y este personaje, bajo mi modesta opinión, reúne esos requisitos.

Elías B. dijo...

Según Wikipedia:
Abundio es un nombre propio masculino de origen latino en su variante en español. Proviene del latino Abundius, que deriva del adjetivo postclásico abundus, que significa "abundante", "copioso".
San Abundio es el nombre de diversos santos de la Iglesia Católica.
Su día en el Santoral católico es el 11 de julio.