sábado, 5 de agosto de 2017

Reiniciando

Astrónomos australianos declaran
que la búsqueda de un planeta habitable
debe ser una prioridad en nuestra agenda global.

Supongamos -un suponer- que nuestro querido planeta azul, la Tierra, fuera devastado por una catástrofe natural, un misil de Corea del Norte o un asteroide con la órbita cruzada. Supongamos -otro suponer- que después de tantos años de vandalismo ecológico, por fin hemos conseguido hacer de nuestro planeta un lugar absolutamente inhabitable. Supongamos -un entorno presumible- que los cuatro gatos y pico que han sobrevivido se vean obligados a abandonar el planeta en busca de un lugar en el espacio donde establecerse y perdurar.

reinicindo 4En el caso de colonizar un exoplaneta, ¿cuánta gente haría falta para “reiniciar” la raza humana? Si nuestra civilización tuviera que empezar de cero, ¿sería posible hacerlo con dos únicas personas, como cuando Adán y Eva? Depende. Admitiendo que muchas desarmonías entre sexos opuestos se arreglan en la cama con cierta soltura y algunas habilidades, aun así, pudieran aparecer problemas insospechados: falta de atracción mutua, inapetencia sexual, enfermedad sobrevenida, discrepancias políticas, divergencias con la divinidad… Podrían nacer solo niños o solo niñas, en cuyo caso convendría ir olvidándose de lo del nuevo mundo.

En este supuesto “reinicio” de nuestra civilización, aparece un concepto biológico tradicional: para una especie amenazada, deberíamos preservar el mayor número posible de individuos en un hábitat adecuadamente protegido. Esto no siempre es viable, máxime cuando hay que resolver múltiples conflictos. Shaffer, un joven biocientífico norteamericano (1981), definió el número de individuos necesario para asegurar la supervivencia de una especie como “la mínima población viable, aislada, que tiene un 99% de posibilidades de persistir durante 1.000 años, a pesar de los previsibles efectos de estocasticidad -aleatoriedad- demográfica, ambiental y genética, así como catástrofes naturales”. Por debajo de esa cifra, la especie estaría abocada a la extinción.

REFUGIADOS

¿Cuál es el número mágico para esos posibles pioneros del espacio? Los investigadores han concluido que se necesitarían 160 personas para crear una población multigeneracional en el nuevo entorno. Añaden que, con cierta “ingeniería social”, la cifra podría reducirse a la mitad. Significaría esto seleccionar parejas heterosexuales fértiles y activas, prescindiendo completamente de aquellas sin capacidad reproductora.

Una preocupación potencial es que una población tan pequeña estaría expuesta a sufrir una reducción en la diversidad genética debida a la endogamia. No sería un factor significativo, siempre y cuando estos viajeros espaciales regresaran a casa -si aún quedaba alguien por allá- periódicamente o “interactuaran” con otros seres humanos, de un grupo distinto, al final de un período inicial -un suponer- de unos 200 años.

Sea como fuere, con una flota de especímenes humanos del tamaño de la población de un pueblecito muy pequeño, podríamos “reiniciar” nuestra cultura en otro planeta habitable.

Suponiendo que tanto ir y venir por el cosmos no nos hubiera dejado sexualmente inapetentes.

Un suponer.


IMÁGENES: Arriba, el impacto de un asteroide (composición de la NASA). Abajo, refugiados en busca de su “nuevo mundo”.

Fuentes: Vix, ScienceDirect y Ambientum.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una muy interesante posibilidad para ir dejando en este supuesto moribundo planeta a tanto hijo de puta patra que se vayan pudriendo en su propia hijoputez.

Anónimo dijo...

¡Ni un político al nuevo planeta, eh!

Unknown dijo...

Gracias por estas reflexiones, amigo.

Comparto aquí estas otras: The Pale Blue Dot - Carl Sagan https://youtu.be/UxHWlNkuGRQ